Rodando su silla roja y sus tijeras alrededor de la ciudad, la propietaria de un salón le regala cortes de cabello a afortunados extraños y un regalo de visibilidad, junto con un estilo de cabello gratis al mismo tiempo.
El verano pasado, Katie Steller se dirigió a la carretera para trabajar en Minneapolis. Se detuvo en una semáforo donde un hombre estaba sentado sosteniendo un letrero con el que pedía ayuda. Ella bajó su ventana.
“¡Hey!” gritó. “Estoy manejando por ahí y regalando cortes de cabello. Si bajo mi silla ¿te gustaría uno ahora?”
El hombre parecía estar en sus sesentas. Estaba gordo, calvo y le faltaban algunos dientes. Como le gusta a Steller recordar esta historia, él se río y después se detuvo. “De hecho”, dijo, “tengo que ir a un funeral esta semana. En realidad, esperaba poder tener un corte de cabello”.
“Vuelvo en seguida”, dijo Steller.
Manejo de vuelta al salón y le pidió a una estilista que le ayudara a subir una silla roja en el auto. Después manejaron de vuelta las dos. El hombre, llamado Edward, se sentó y comenzaron a peinar su curvo cabello gris.
Él les contó haber crecido en Mississippi, y que se mudó a Minnesota para estar cerca de sus hijos adultos, y de cómo habla con su madre todos los días.
Cuando Steller terminó, Edward se miró en el espejo. “¡Me veo bien!” dijo. “Tengo que recordar ponerme los dientes la siguiente vez”.
A la fecha ha hecho más de 30 cortes en su ciudad. Sus clientes viven en los márgenes de la ciudad, y ella está consciente del poder de limpieza de su trabajo.
“Es más que un corte de cabello”, dice. “Quiero ser una plataforma, para demostrarles valor y respeto, pero también para conocer a las personas. Quiero construir relaciones”.
Uno se la cambió a ella: de adolescente, sufrió una enfermedad en el intestino llamado colitis ulcerativa que fue tan severa que su cabello se adelgazo drásticamente. Al ver esto, su madre le organizó su primer corte profesional.
“Sentarme y que alguien me viera y me hablara como una persona y no como un enfermo, me ayudó a sentirme querida y menos sola”, dice.
Después de esto, ella supo que quería su propio salón para poder ayudar a otras personas de la manera en la que ella se sintió ese día. No mucho tiempo después de terminar de estudiar cosmetología en 2009, ella comenzó lo que llama el proyecto de la silla roja, ayudando a las personas en las calles.
“Parte de lo que rompió mi corazón fue ver que tan solas se veían las personas. Pensé tal vez podría ir por ahí preguntando a las personas si les gustaría tener cortes gratis. No puedo solucionar sus problemas, pero tal vez puedo ayudar a que se sientan menos solos por un momento”.
Steller escucha las historias de las personas sobre pérdidas, adicciones y la lucha por volver al camino. La atención al parecer funciona. Un día que le cortaba el cabello a una mujer, alguien paso por ahí y le grito, “¡te ves increíble!”. La mujer se puso radiante.
“No soy invisible”, exclamó. “Pensé que lo era, pero la gente me mira”.
Otro hombre iba rumbo a una entrevista de trabajo en una tienda para mascotas cuando aceptó su oferta. Cuando ella le dio seguimiento, se enteró que no le dieron el trabajo, pero obtuvo otro, poco tiempo después.
Una rama del proyecto de la silla roja es el Proyecto de Bondad Steller, en el cual, las personas hacen actos de bondad, (voluntariado para ayudar a las víctimas de huracanes, ayudar a vecinos necesitados) son invitados sin costo al salón de Steller.
A cambio ellos cuentan sus historias, y Steller las comparte en su sitio web. Su esperanza, es que cuando lean sobre sus actos de bondad, otros se inspiren a hacerlo.
Hasta ahora dice que está funcionando
Me escriben de todo el país, diciendo que van a refugios y cortan cabello. O “esta mujer me llevó hace dos años y nunca me detengo a saludarla. Ahora la saludo cada vez que paso”.
Todo comenzó con la creencia en los simples actos de bondad, tales como un corte gratis. “Importa la manera en la que te muestres al mundo. No tienes idea de lo que las personas van a hacer con la bondad que les estas dando”.
Tomado de rd.com This Woman Gives Free Haircuts to Those Less Fortunate and Her Simple Act of Kindness is Starting to Spread
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