Licencia de paternidad, sin importancia en México
El permiso de 5 días hábiles es insuficiente para involucrar a los hombres en el cuidado de los hijos, quienes se desarrollan menos por la ausencia paterna
Mientras las licencias por maternidad en México se establecieron en la Constitución de 1917, las de paternidad fueron incorporadas en el 2012 tras la reforma laboral que se le realizó a la Ley Federal del Trabajo, pues en México se cree que en los primeros días de vida del hijo el padre puede ser prescindible, explica a Selecciones Cándido Pérez, especialista en políticas familiares y sociales para poblaciones vulnerables.
La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo del INEGI reveló que las mujeres dedican 28.8 horas a la semana al cuidado de sus hijos y los hombres solo 12.4 horas.
La licencia de paternidad, que en México es de cinco días laborales, es insuficiente y requiere mejoras en su diseño, ya que aún existe una amplia diferencia entre mujeres y hombres respecto al tiempo que dedican al cuidado de sus hijos, advierten especialistas de Early Institute, institución dedicada a la promoción de medidas de protección para la niñez y las familias en México.
Estos permisos, —un beneficio laboral que consiste en un periodo breve de tiempo que se concede al padre inmediatamente después del nacimiento para atender a su hijo siempre que sean cotizantes de un sistema de salud y que además cumplan con ciertos requisitos—, cada vez cobran más relevancia ante la evidencia científica que apunta hacia un mejor desarrollo del hijo cuando los padres están al pendiente de su crianza.
“La literatura científica ha constatado la relevancia del padre en el bienestar de los menores. Se ha demostrado que el aprovechamiento escolar de los hijos es más alto, y en cuestiones de salud se han visto los beneficios cuando el padre se involucra desde el principio” agrega el especialista.
¿Sabías que Suecia fue el primer país del mundo en adoptar la licencia por paternidad en 1974?
Y no solo se trata del mejor desarrollo del menor, sino del impacto que estas licencias tienen en la búsqueda de equidad de género.
“En infinidad de países como México vemos la gran diferencia en el tiempo que dedican los hombres y las mujeres al trabajo doméstico, es una gran brecha. Las licencias parentales equilibrarían esa situación”.
Las personas que tienen niños de 0 a 5 años de edad, las mujeres dedican 13 horas semanales a su cuidado, mientras que los hombres únicamente 5.2. Lo mismo ocurre con las actividades domésticas, ellas dedican en promedio 29.8 horas a la semana, mientras que ellos sólo 9.7, es decir, las mujeres triplican el tiempo registrado por los varones.
Las licencias de paternidad, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tienen como objetivo otorgar un trato igual en oportunidades entre trabajadoras y trabajadores.
Mientras México prácticamente se está iniciando en las licencias de paternidad, los países nórdicos han alcanzado un alto desarrollo. Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega, Islandia, son pioneros en el tema, y aunque cada país diseña sus políticas con base en su realidad, la tendencia internacional está encaminada a cubrir el primer año de vida del menor.
En algunas de estas naciones las licencias de paternidad son de ocho meses y pueden extenderse más de un año.
Otra de sus características es que no hay reducción del salario, y si el padre desea más tiempo en casa existen extensiones que contemplan una reducción del sueldo que puede ir desde el 20 hasta el 50 por ciento.
En Islandia la licencia es por nueve meses: tres meses para la madre, tres meses para el padre y tres meses en conjunto, un modelo equitativo que permite que el menor goce de ambos padres en sus primeros meses de vida.
Aunque este modelo de convivencia conjunta por tres meses es muy benéfico, algunas naciones incentivan que cada progenitor tenga su espacio propio con el recién nacido.
En México la seguridad social es la que se encarga de pagar la licencia de maternidad, mientras que la de paternidad es absorbida por el empleador, esquema que debe transformarse en el futuro, pues lo ideal es que la licencia del varón sea pagada por las contribuciones de los propios padres a la seguridad social.
“Si este asunto no cambia lo que sucederá es que cuando la licencia de paternidad, que ahora es de cinco días, quiera alargarse, los primeros que se van a oponer van a ser los empleadores, pues para infinidad de ellos implicaría una carga económica, sobre todo para las empresas pequeñas”.
Para Abraham Sánchez, arquitecto de la empresa KPMG México, el tiempo que marca la ley mexicana es muy limitado. “Apenas y cubres los días más difíciles después del parto. Definitivamente debería aumentarse”.
Este hombre de 34 años, quien hizo uso de este derecho para el nacimiento de su hija, aconseja que, ante una licencia de paternidad tan limitada, se use más la alternativa del trabajo a distancia o ‘home office’.
El trabajo a distancia fue una gran ayuda para Axel Valdez, diseñador de 39 años de la empresa Nearsoft.
“Después de la primera semana tras el nacimiento de mi segundo hijo estuve aproximadamente un mes trabajando desde casa, algo que en Nearsoft es totalmente válido, y después de eso y hasta la fecha, divido mi tiempo de trabajo mitad en la oficina y mitad desde casa. Mi esposa, quien también trabaja en Nearsoft, hace lo mismo” cuenta.
Para Candido Pérez, director de investigación de Early Institute, existen varios frentes en los que hay que trabajar.
“Después del 2012, tras los cambios en la Ley Federal del Trabajo, se plantearon diversas iniciativas para extender a 15 y 21 días la licencia de paternidad, lo cual es un avance importante, el cual debe ser poco a poco, pero también hay que considerar quién va a financiar esto, qué tenemos que hacer para que no sea una carga pesada para las empresas mexicanas”.
Ese es otro problema grave, precisa Pérez. “Estamos dejando fuera a infinidad de padres que no cuentan con seguridad social porque tienen trabajos informales, y no solamente ellos están fuera, sus hijos están en desventaja, porque estamos estableciendo diferencias entre los niños que sí pueden ser cuidados por sus padres y los que no, ellos también tienen derechos a ser cuidados por los padres, no debe haber diferencias por cuestiones laborales”.
Para el director de Early Institute, grupo autónomo e interdisciplinario de profesionistas mexicanos, el tema va más allá de equilibrar los periodos de licencia entre padres y madres.
“Lo verdaderamente urgente es centrarse en el bienestar del menor y en el impacto positivo que genera en su desarrollo contar con su padre y madre como cuidadores desde sus primeros días de vida. Nos preocupa que el discurso se centre únicamente en los derechos laborales de los padres y no en el bienestar superior de los niños, entre otras razones porque cerca del 60 por ciento de estos padres y madres trabaja en la informalidad, y no tiene acceso a esta política” puntualiza.
México tiene un rezago importante en esta materia así que un punto importante es colocar el tema en la agenda nacional. “Ya se sabe que los menores que pasan tiempo con ambos padres desde su nacimiento están mejor, ahora la discusión debe centrarse en cuál es la mejor forma de financiar las licencias de paternidad”.
Cándido Pérez lamenta que el tema no sea relevante. “No le estamos dando la suficiente prioridad, estamos teniendo resultados negativos, parecen niños invisibles en este sentido, hemos revisado esas iniciativas y hemos visto sus carencias, cinco días son insuficientes, esa es una realidad”.
La otra realidad es la búsqueda de un modelo de financiamiento de la paternidad, sobre todo si se busca una extensión. “Se trata de que este tiempo de descanso no corra a cargo de los patrones o los empleadores porque ese no es un esquema sostenible en el largo plazo”.
Pérez cree que estas iniciativas tomarán más fuerza a nivel legislativo cuando se incorporen los beneficios que se han hallado a nivel internacional.
Por eso diversos especialistas están incorporando la literatura científica para que no solo los tomadores de decisiones, sino la población en general, esté conciente de los beneficios.
“Algo muy importante es que tenemos que trabajar de manera cultural para que los padres sepan que su papel es muy importante, que sean conscientes de que papá no es fácilmente reemplazable, hay que ir asumiendo ese papel, pues se ha visto que aunque exista la licencia los padres no la toman porque no se ven en ese espacio, creen que su papel es el espacio laboral y eso es porque no han visto los resultados de la crianza de sus hijos” explica Cándido Pérez.
El especialista considera que en México hacen falta padres que hablen de su experiencia, que haya referentes. En los países nórdicos los padres son quienes ya empiezan a hacer ese reclamo a los legisladores y a quienes toman decisiones, así que urge que los mexicanos tomen control de ello.
Para Axel Valdez el trámite de la licencia de paternidad en su trabajo fue sencillo y muy amable. “Gracias a que laboro en una empresa que nos ve como personas, el trámite fue muy simple”.
Dos días antes del nacimiento de su segundo hijo, Axel envió un correo al Departamento de Finanzas informando que el nacimiento se había adelantado.
La respuesta a su email fue una calurosa felicitación. El fundador de la empresa le contestó en el mismo tenor: “Disfruta al bebé, cuida a la madre y olvídate de nosotros” fueron sus palabras.
Axel agradece esos días y, sobre todo, el apoyo laboral. “Mi equipo de finanzas se encargó de todo el asunto mientras yo disfrutaba de mi bebé. Un compañero tomó mis pendientes como suyos. Es difícil apreciarlo en el momento porque todas tus emociones giran en torno al recién nacido, pero en retrospectiva puedo decir que fue un gran e invaluable respaldo por parte de mis compañeros. El poder “apagar” mi trabajo por una semana me permitió estar cien por ciento al cuidado de mi familia”.
¿Qué opinas de esta iniciativa? ¿Crees que podría darse en México?