Trabajadores temerarios mantienen relucientes estas maravillas del mundo.
Big Ben
Se limpia cada cinco años, más o menos
Los trabajadores escalan la torre, de 96.3 metros de alto, para limpiar los cuatro relojes, cada uno de los cuales contiene 312 piezas de cristal. Y el tiempo no se detiene: los hombres
esquivan las manecillas (la minutera ¡mide 4.3 metros de largo, y la horaria 2.7 metros!) La próxima limpieza programada será en 2016.
Estatua de Lincoln
Se limpia dos veces al año
Luego de arrojarle un potente chorro a presión, los trabajadores improvisan unos gigantescos hisopos de algodón para retirar bichos muertos y heces de aves de las orejas de Lincoln.
Torre Eiffel
Se limpia una vez al año
Para pulir este emblema de París se requieren 10,000 dosis de producto limpiador, cuatro toneladas de trapo y 25,000 bolsas de basura.
Esculturas de la Acrópolis
Se limpian todos los días
En 2008 se decidió buscar una forma más segura de limpiar las milenarias estatuas de mármol. Tras probar 40 técnicas, los científicos escogieron la ganadora: una combinación de rayos láser infrarrojos y rayos ultravioleta. Pero los trabajadores tienen que usar gafas protectoras y operar los rayos láser sólo dos horas al día.
Estatua de la libertad
Se limpia lo mínimo
La Dama de la Libertad lleva largo tiempo sin recibir un baño. Los conservadores no han lavado su exterior en años porque la limpieza frecuente lo dañaría. No obstante, el interior sí se lava a menudo; por eso la estatua tiene una “marca de nacimiento”: una mancha en la mejilla, causada por una solución ácida que se infiltró en la pared interna, en 1986.
Fuentes: parliament.uk, french.lovetoknow.com, bdonline.com, Travel & Leisure, dailymail.co.uk
