¿Cuándo fue la última vez que lloraste? ¿Recuerdas por qué lo hiciste? Sin duda nuestras lágrimas nos han acompañado a lo largo de toda nuestra vida y convivimos con ellas todo el tiempo, lo que puede invitarnos a pensar que son de suma importancia para nosotros, y sí lo son.
Un final feliz, un corazón roto, una basurita en el ojo o incluso la ‘emoción’ cuando cortamos una cebolla puede desencadenar un mar en nuestros ojos, pero ¿te has preguntado cuál es la razón y por qué son tan importantes?
Nuestras lágrimas cumplen infinidad de propósitos en nuestro día a día, pero a veces ni siquiera las notamos. De hecho, una persona puede llegar a producir de 56 a 113 litros por año, por lo que sería más fácil darnos cuenta de que en verdad las necesitamos cuando no las llegáramos a tener.
¿Te suena familiar? A continuación, te presentamos algunos datos que tal vez no sabías sobre las lágrimas y que demuestran su importancia:
Ellas nos acompañan todo el tiempo. Lo primero que debemos tener en cuenta sobre nuestras lágrimas es que son una respuesta de nuestro cuerpo para mantener lubricados e hidratados nuestros ojos.
De hecho nacen de las glándulas lagrimales, ubicadas en nuestros párpados, y si no las tuviéramos o si fueran de mala calidad, desarrollaríamos la enfermedad de ojo seco -padecimiento que tienen alrededor de 352 millones de personas en el mundo y lo puede padecer cerca del 80 por ciento de la población en ciudades como la nuestra, donde las lágrimas son incapaces de proteger nuestros ojos, ya sea porque se evaporan más rápido de lo que deberían o simplemente no tenemos las suficientes de buena calidad. Esta enfermedad puede tratarse con lágrimas artificiales o gotas oftálmicas.
Sin embargo, nuestras lágrimas van más allá de eso, ¿sabías que tenemos tres tipos? Así es, no todas son iguales y cada tipo responde a situaciones en particular, mismas que te describimos en el siguiente punto.
Incluso podría considerarse pretensioso de nuestra parte, pero realmente no es el mismo tipo el que emite nuestro cuerpo para lubricar nuestra superficie ocular que la que tenemos cuando se nos “mete” algo al ojo o la que derramamos cuando termina nuestra película o serie favorita. Es por eso que tenemos tres tipos:
Lágrimas basales: están todo tiempo en nuestros ojos para lubricarlos, nutrirlos y proteger la córnea.
Lágrimas reflejo: se forman cuando necesitamos limpiar algún irritante como polvo o alguna basurita. Aquí entran las que derramamos cuando cortamos cebolla, gracias a que los vapores que despide ésta son nocivos para nuestros ojos.
Lágrimas emocionales: como su nombre lo dice, son producidas cuando estamos felices, tristes, tenemos miedo o distintos estados emocionales.
Lloramos más de lo que creemos
Tal vez no lo notamos, pero las personas lloramos bastante. Tan solo en Estados Unidos, las mujeres lloran en promedio 3.5 veces en promedio al mes y los hombres 1.9, mientras que en Chile lo hacen 3.6 y 1.2 veces y en Brasil 3.1 y 1.0 respectivamente.
Pedimos ayuda con las lágrimas
La Dra. Lauren Bylsma de la Universidad de Pittsburg menciona que tal vez el valor del llanto va más allá de sus efectos fisiológicos, como la respuesta al dolor, y que realmente podría relacionarse más con la respuesta social que provoca; en pocas palabras, puede ser que las personas lloremos para informarle a los demás que necesitamos ayuda y así recibir apoyo. Tal vez por esto el llanto es tan recurrido para conseguir algo a cualquier edad.
Sirve como auto calmante
Un estudio realizado en 2014 por Gracanin, Bylsma y Vingerhoets explica que el llanto activa el sistema nervioso parasimpático, el cual nos ayuda a relajarnos. Por eso, después de llorar podríamos sentirnos sin energía e, incluso, quedarnos dormidos.
También, nuestras lágrimas emocionales liberan oxitocina y endorfina, químicos encargados de hacernos sentir bien, pero también expulsan hormonas de estrés.
Ahora que conoces un poco más sobre tus lágrimas, seguramente las vas a querer más por todo lo que hacen por ti. ¿Sabes si tienes lágrimas sanas para que puedan cumplir con sus propósitos? Algunos sencillos consejos que puedes seguir para cuidarlas, juntos con tus ojos, son:
Regla 20/20/20
Cada 20 minutos observa un objeto a 20 pies de distancia (6 metros) durante 20 segundos. Es una medida excelente de descanso si pasas largo tiempo frente a pantallas
Fuente: Alcon, empresa especializada en cuidado ocular
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