La gran mayoría de los cánceres de piel, pulmón, vejiga y boca pueden ser prevenidos.
En general, para prevenir el cáncer se recomienda evitar el cigarro, mantenerse en un peso razonable, hacer alguna actividad física cada día, aumentar el consumo de frutas y verduras, disminuir el consumo de grasa y alcohol y limitar la exposición al sol.
Un 30 por ciento de todas las muertes por cáncer se debe al cigarro. Otro 30 por ciento se debe a la falta de ejercicio y a la obesidad.
El riesgo de desarrollar cáncer se puede disminuir con dietas ricas en frutas y verduras y bajas en grasa. Hay algunos tipos de cáncer que se deben a infecciones por virus o bacterias.
Por ejemplo, el cáncer de estómago se ha relacionado con la infección por Helicobacter pilori, una bacteria que puede infectar el estomago y eventualmente producir cáncer.
Es importante recordar que la detección oportuna del cáncer salva vidas. Por lo tanto, hay varias medidas de detección temprana que son recomendables para la población general.
Estas incluyen un nomograma cada año para mujeres de más de 45 años. Para hombres y mujeres de más de 45 años, una colonoscopia u otro estudio del colon ayudan a detectar cáncer de colon tempranamente.
Para mujeres en edad reproductiva, un estudio del frotis vaginal (citología de cuello uterino) ayuda a detectar este cáncer oportunamente.
En el humo del cigarro hay aproximadamente 55 productos químicos que son considerados carcinógenos; esto es, que pueden producir cáncer no solo en animales de laboratorio sino también en humanos.
La nicotina —el compuesto en el cigarro que mantiene en las personas la necesidad de fumar—, aunque no es considerada un agente carcinógeno, es la responsable de crear la dependencia al cigarro, lo que expone a las personas a agentes carcinogénicos.
Un 90 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón en hombres y entre 75 y 80 por ciento en mujeres son debidas al cigarro. Aquellas personas que dejan de fumar mantienen un riesgo muy alto los primeros cinco años, pero este riesgo disminuye gradualmente, aunque nunca desaparece por completo.
La exposición de segunda mano al humo de cigarro usualmente se da en lugares cerrados donde una o varias personas están fumando. También puede existir en lugares abiertos si hay un fumador cerca. Este humo de cigarro también contiene sustancias carcinógenas que pueden producir cáncer de pulmón, aunque con una menor frecuencia que en los fumadores.
Los rayos X y la radiación gamma producen cáncer. Quienes sobrevivieron a explosiones atómicas en Japón o estuvieron expuestos a radiación en Chernobil presentaron diferentes formas de cáncer.
Los puntos a considerar son: ¿Cuál es el riesgo de desarrollar cáncer después de una radiografía o una tomografía? ¿Es este riesgo mayor que el beneficio de la información que se obtiene con una radiografía o una tomografía? Aunque el riesgo existe, es muy bajo.
Por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA) considera que el riesgo de desarrollar cáncer después de una tomografía es de 1 en 2,000. La recomendación general es no hacer estudios con rayos X o con radiación gamma que no sean necesarios, o tratar de utilizar otras técnicas diagnósticas.
Las vacunas son tipos de medicinas que estimulan al sistema inmunitario para atacar una enfermedad en particular. Hay vacunas que son utilizadas como prevención y hay vacunas que se utilizan como parte de un tratamiento.
El cáncer cervicouterino, así como los cánceres de amígdala, base de la lengua, vulva de la vagina y ano, están relacionados con la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Estos tipos de cáncer se pueden prevenir con una vacuna contra VPH, y está recomendada para adolescentes.
En 2010, la FDA aprobó una vacuna para pacientes con cáncer de próstata que es utilizada con fines terapéuticos.
Si existen antecedentes familiares de cáncer es importante hacer un buen historial familiar de los tipos de cáncer y las edades en que se presentaron.
Si vemos que en cada generación varios miembros de la familia han desarrollado cáncer a una edad de menos de 50 años, es posible que exista un gen en la familia responsable de producir una mayor susceptibilidad. En estos casos es recomendable visitar a un especialista en genética.
Cuando el padre ha sufrido cáncer de próstata se recomienda que los hijos varones se hagan una prueba de detección temprana a los 50 años de edad.
Es vital obtener información sobre el tipo de tumor y las opciones de tratamiento.
En el caso de que el cáncer haya sido detectado tempranamente es importante saber si es posible hacer una cirugía, y cuáles son los riesgos y efectos secundarios de esta.
Si el cáncer está más avanzado, es importante entender las opciones de tratamiento. En general es buena idea pedir una segunda opinión a otro especialista en cáncer, para estar seguros de que haya unanimidad de opiniones respecto al tratamiento.
No recomendamos seguir ninguna terapia alternativa durante los tratamientos para el cáncer. La razón de esto es que aún no sabemos qué efectos tengan las terapias alternativas en pacientes con cáncer que están recibiendo quimioterapia o radioterapia.
Existe un riesgo de que las terapias alternativas puedan disminuir el efecto beneficioso de un tratamiento o aumentar los efectos tóxicos.
El miedo a hablar del cáncer viene de la falta de conocimiento y de la realidad de que un diagnóstico de cáncer afecta nuestras vidas. Es muy importante informarse sobre el cáncer.
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