Lógica y estructura cerebral
Al organizar la actividad mental le das a la memoria algo que necesita: orden.
Pensar con lógica implica razonar según ciertas reglas. La deducción (sacar conclusiones a partir de un grupo de premisas) y la inducción (identificar principios generales a partir de casos particulares) te permitirán hallar soluciones adecuadas a un gran número de problemas.
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Desde que la psicología se propuso explicar y cuantificar la inteligencia durante la primera mitad del siglo XX, el enfoque principal para medir el coeficiente intelectual (CI, o en inglés IQ) ha sido la habilidad de pensar con lógica y estructura. Se considera que la habilidad matemática es el reflejo de la capacidad para pensar con lógica. Según numerosos estudios, no todos contamos con los mismos recursos para resolver los problemas de esa disciplina. Sin embargo, durante la infancia se adquieren los elementos básicos de la lógica.
Todas las formas de lógica (dominio del idioma, destreza con juegos de construcción, lectura o aritmética) se derivan de un proceso de aprendizaje específico. Al organizar la actividad mental le das a la memoria algo que necesita: orden y estructura.
Durante la infancia y la adolescencia desarrollamos un modo de razonar y la capacidad de pensar racionalmente en el marco de distintas disciplinas, cada una de las cuales tiene reglas que siguen una lógica específica. El conocimiento básico de reglas y métodos se amplía en etapas posteriores a través de las experiencias adquiridas en la vida. Así, ante una tarea, cada persona usa todo el conocimiento que ha obtenido para hallar una lógica de organización. En la vida diaria hay varias rutas de pensamiento para llegar al mismo resultado. Cada quien forja su propia lógica y su manera de resolver problemas. El mismo método parecerá coherente a los ojos de quien lo adopta y peculiar en opinión de otros.
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Todos los ejercicios de lógica nos obligan a pensar, razonar y establecer conexiones para hallar soluciones. Al parecer, su objetivo principal es desarrollar la capacidad de pensamiento abstracto más que la memoria en sí.
De hecho, es posible que una persona muestre facilidad para el razonamiento abstracto y la lógica numérica, lo que le permitirá recordar datos relacionados con esos campos, aun cuando le falle la memoria para otros tipos de información. A la inversa, es posible que alguien domine la realización de actividades que requieran buena memoria, pero sea incapaz de usar la lógica pura.
Sin embargo, entre más energía mental inviertas, mayor será tu probabilidad de comprender la información a profundidad, y así será más fácil retenerla. Al mismo tiempo, estarás desarrollando tu capacidad para concentrarte. La reflexión y la concentración se combinan para mantener un elevado nivel de actividad cerebral.
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Lo más importante es que el razonamiento lógico entrena a la mente para estructurar la información, es decir, para establecer orden y asignar significados según ciertas reglas. Y la memoria necesita orden. Sin ella, te costaría trabajo recordar combinaciones de palabras, imágenes y listas.
Solo necesitas hallar algún tipo de orden o lógica para estructurar la información de modo que te resulte significativa. Así se quedará en tu memoria con mayor facilidad. Una vez que el conocimiento se almacene en la memoria con base en un sistema lógico, cuando surja algún problema podrás utilizar la estructura de estos datos para idear una solución adecuada.
Si ejercitas las facultades de la lógica y el razonamiento, tu cerebro se desempeñará adecuadamente en contextos intelectuales y en la vida diaria. Y esto, a su vez, mejorará tu memoria.