De seis a ocho horas por noche parece ser la cantidad óptima de sueño para la mayoría de los adultos; y dormir mucho o dormir muy poco puede tener efectos adversos en su salud.
En la actualidad, la ciencia ha establecido que el déficit de sueño puede tener efectos serios y de gran alcance en tu salud:
Alterar el sueño también puede aumentar los trastornos relacionados con el estrés: enfermedades cardíacas, úlceras estomacales, estreñimiento y trastornos del estado de ánimo como la depresión.
Al interferir con su producción de la hormona del crecimiento, que por lo general es liberada por la glándula pituitaria durante el sueño. Esta hormona te ayuda a verte y sentirte más joven.
Incluso un estudio demostró que las personas con insomnio crónico tiene un riesgo tres veces mayor de morir por cualquier causa. Si te cuesta conciliar el sueño, o despiertas antes de la hora deseada, o tienes un sueño inquieto y poco satisfactorio, tal vez estas recomendaciones sean de utilidad.
Mantenerse físicamente activo cada día con actividades al alcance de la mano como caminar, correr o nadar, nos aportan tres beneficios clave: cuando uno está cansado por el ejercicio se duerme más rápido, consigue un mayor porcentaje de sueño profundo y se despierta con menos frecuencia durante la noche.
El resto de actividades como tumbarse en la misma para ver la televisión, leer las redes sociales, revisar el correo o jugar en algún dispositivo electrónico no aporta ningún factor positivo si queremos dormir mejor al final del día.
Vete a dormir siempre a la misma hora, y despierta también a la misma hora, en la medida de lo posible. Entrenar a nuestro cuerpo hará que conciliemos el sueño más rápidamente y nos despertemos más frescos.
Fumar es un gran enemigo del descanso, aparte de nuestra salud en general. La nicotina provoca en nuestro organismo un efecto que dificulta que nos quedemos dormidos con facilidad.
El alcohol deprime el sistema nervioso, lo que ayuda a quedarse dormido. Sin embargo, este efecto desaparece a las pocas horas, lo que provoca que podamos despertarnos varias veces a lo largo de la noche. Además magnifica los ronquidos y otros problemas respiratorios relacionados con el sueño.
Intenta evitar las pastillas para dormir y consulta con el especialista la forma más eficaz de tomarlas durante un período de tiempo lo más corto posible.
El móvil o la televisión deberán estar fuera de la zona de descanso. Lo ideal es que esté oscuro, relativamente fresco y lo más tranquilo posible. La habitación deberá estar ordenada y con pocos objetos alrededor para facilitar ese ambiente de tranquilidad que requiere un sueño reparador.
La siesta es beneficioso para continuar con energía el resto del día, pero no si son extensas. Un máximo de 20 minutos nos sentará fenomenal. Si lo haces por más tiempo impedirás que por la noche te dé sueño.
Estar acostado más de 20 minutos sin poder dormir es un indicador de que no estás relajado, por lo tanto, te va a costar conciliar el sueño. Levántate, ponte a leer un poco, y luego vuelve a la cama.
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