Un grupo de 12 niños de entre 11 y 16 años, miembros del equipo de fútbol infantil Mu Pa (Jabalíes Salvajes) y su instructor, quedaron atrapados en una gruta en el norte de Tailandia el 23 de junio, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les fue imposible salir.
Tras nueve jornadas de intensa búsqueda, el grupo fue hallado el día 2 de julio. Desde su localización los miembros del equipo de salvamento ayudaron a los niños a recuperar las fuerzas.
El grupo estuvo desaparecido durante una semana, sin alimento, en la oscuridad y el frío, hasta que buzos tácticos lograron dar con ellos luego de atravesar casi tres kilómetros de recovecos y canales sumergidos.
Los socorristas revisaron todas las opciones que tenían para hacer el rescate: desde cavar túneles desde la montaña hasta hacerlos esperar bajo tierra durante semanas y esperar a que terminara la época de lluvias.
Pero esta última opción no era viable por la amenaza de nuevas lluvias y porque existía la posibilidad de que disminuyera el oxígeno en el lugar donde se encontraba el equipo y su entrenador.
Finalmente las autoridades decidieron comenzar este domingo con un arriesgado operativo que involucraba el aprendizaje de técnicas de buceo por parte de los niños para luego atravesar el difícil camino.
Ese mismo día inició la primera jornada de la evacuación, cuatro menores fueron rescatados y un día después otros cuatro emergieron de la cueva. Las autoridades pudieron, además, mejorar el proceso y acelerar los tiempos en cada operativo.
La dificultad de la operación quedó de manifiesto con la muerte, el jueves, de un antiguo miembro de los grupos de élite de la marina al quedarse sin oxígeno durante la misión.
Entre el domingo y el lunes habían evacuado a ocho miembros del equipo Mu Pa. Para el rescate se tomó en cuenta el nivel de fortaleza que tenían los niños y se decidió sacar primero a los más débiles, para darles las atenciones necesarias.
Este martes los equipos socorristas rescataron a cuatro niños y su entrenador de fútbol, los últimos atrapados en la cueva Tham Luang en el norte de Tailandia, concluyendo con éxito la operación de salvataje.
Las autoridades no divulgaron las identidades de los niños al momento de su rescate, tampoco su estado de salud, esto con la intención de no alarmar a los familiares de los demás niños y provocar angustia al saber que unos ya habían sido rescatados mientras, probablemente, su hijo se encontraba todavía dentro.
Tras abandonar la cueva, los rescatados fueron llevados al hospital de campaña junto a la entrada de la caverna y luego de una revisión preliminar, trasladados en un helicóptero a un hospital regional a 60 kilómetros del lugar.
El líder de la misión de rescate, Narongsak Osotthanakorn, señaló que el operativo de este martes, fue más rápido que el de los dos primeros días, debido a que la experiencia previa ayudó a acelerar las cosas. Se demoró 11 horas en liberar a los cuatro primeros infantes, pero solo nueve para sacar a los segundos cuatro este lunes.
Al llegar al hospital Chiang Rai se reportó que todos estaban en buen estado de salud e incluso pidieron comer Pad Krapow, un tradicional plato tailandés. Pero tras más de dos semanas de no comer nada y luego ingerir apenas algunas raciones, se les negó el pedido porque sus sistemas digestivos deben recuperarse.
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