Sol y su perro Morgan eran felices en la colonia Obrera, de la Ciudad de México, pero una vecina, molesta porque el cachorro se había comido sus plantas, le soltó la correa y abrió el zaguán en donde vivía, con la intención de que se fuera del edificio.
Al enterarse de esto, la niña decidió no quedarse con las manos cruzadas, la tristeza y desesperación por encontrar a su amigo incitaron a que hiciera un anuncio con una cartulina blanca, pidiendo ayuda para encontrarlo.
Dentro del cartel incluyó todos los rasgos físicos de Morgan: nombre, color, raza, tamaño, datos de contacto y como recompensa, un chocolate. Y como no tenía fotos de su mascota, realizó un dibujo.
También incluyó un mensaje para los que llegaran a localizarlo: “Él es Morgan y es mi mejor amigo y no tiene mucho que está conmigo. Es un bebé te digo. No es mucha la recompensa. Traía una pechera. Por favor no te lo quedes”.
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Los esfuerzos de Sol por encontrar a su perro, dieron resultado. Dos días después de pegar sus tiernos carteles, Miriam, una vecina de la colonia, encontró a Morgan debajo de un auto “Vi el cartel pegado afuera del súper, y la descripción correspondía con el perro que había visto, así que llamé. Y recibí el chocolate con el corazón”.
¿Qué te pareció la reacción de la niña al saber que su mascota estaba perdida?