La felicidad es un objetivo fundamental para la mayoría de las personas. La buscamos porque nos proporciona una sensación de bienestar y satisfacción o eso es lo que creemos. Aunque también tenemos que entender que, este sentimiento es subjetivo y cada persona la experimentará de diferente forma, es decir, lo que hace felices a unos puede no surtir el mismo efecto en otros.
Más allá de gustos y preferencias personales, la ciencia moderna ha añadido una nueva dimensión a esta búsqueda, al explorar cómo los diferentes tipos de cerebro se relacionan con la felicidad.
Pues de acuerdo a Daniel Amen, neurocientífico clínico, profesor y autor superventas en el New York Times. En un artículo para Mind Body Green, el especialista explica que, según estudios recientes, la felicidad puede ser una combinación de genética (40 %), eventos de la vida real (10 %), forma de pensar y hábitos (50 %).
Eso significa que, aunque los genes pueden tener un peso importante, tú también puede ser responsable de tu propia felicidad cambiando hábitos y formas de pensar. Pero, antes de modificar tu rutina, debes comprender otro elemento: cómo es tu cerebro.
Según Amen, hay un aspecto crucial acerca de la felicidad que muchos investigadores pasan por alto: la felicidad no es uniforme para todos, sino que varía según el tipo de cerebro de cada individuo.
Este experto señala que no todos los cerebros son idénticos, y gracias a tecnologías como la SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotón único), él y su equipo han podido examinar diversos cerebros. A través de este análisis, han identificado que la tipología de un cerebro está determinada por tres factores: áreas de actividad saludable, áreas poco activas y áreas demasiado activas.
“Contamos con una base de datos que abarca más de 200.000 escaneos cerebrales. A través de los patrones de actividad en las mencionadas tres áreas, hemos descubierto que existen cinco tipos principales de cerebros asociados a diferentes personalidades. En otras palabras, el tipo de cerebro que posees influye en tu comportamiento, tus preferencias y tus aversiones.”
Las personas de esta categoría gozan de un cerebro sano, con sus ambos lados funcionando correctamente con actividad plena, uniforme y simétrica. ¿Cómo saber si estás dentro de este grupo? Fíjate en si eres una persona organizada, flexible y emocionalmente estable. Las personas con este tipo de cerebro suelen ser generalmente felices.
Cuando hay menor actividad en la parte frontal del cerebro, la corteza prefrontal, lo llamamos tipo de cerebro espontáneo. Este tipo tiende a ser creativo y aventurero, pero también puede ser impulsivo, desorganizado y tener poca capacidad de atención.
Probar cosas nuevas, sorpresas, hacer puenting o emprender un viaje por carretera en el último momento te hacen feliz. La igualdad, el aburrimiento y tener que hacer cola te hacen infeliz. Estos tipos también tienen una vulnerabilidad hacia el TDAH .
Las personas con este tipo de cerebro muestran una mayor actividad en una área llamada giro cingulado anterior. Son fuertes de voluntad y obstinadas, y encuentran la felicidad en la rutina, la familiaridad y el control. Por otro lado, que le digan que no, que le cambien las reglas o los planes de último momento, son cosas que le roban la felicidad.
Este tipo tiene tendencia a quedarse estancado en preocupaciones y tiene un mayor riesgo de sufrir TOC.
Este tipo de cerebro muestra una mayor actividad en el sistema límbico, o los centros emocionales del cerebro. Las personas con este tipo de cerebro tienden a sentir las cosas profundamente y pueden ser vulnerables a la tristeza y la depresión.
Para este tipo de cerebro, escuchar música relajante, caminar en la naturaleza, tener una conversación profunda con un amigo cercano y practicar la atención plena puede mejorar los sentimientos de alegría y satisfacción. Por otro lado, los ruidos fuertes, las luces brillantes, las conversaciones triviales en las fiestas y el sentimiento de aislamiento lo deprimen.
Las personas con este tipo de cerebro muestran una mayor actividad en la amígdala y los ganglios basales. Son personas preparadas, motivadas y confiables, pero también pueden ser propensas a la ansiedad. Encuentran la felicidad en la seguridad y la organización. Los entornos caóticos, tener demasiado que hacer o ver noticias angustiantes disminuyen tu felicidad.
Conocer tu tipo de cerebro podría ser la clave para descubrir las estrategias de felicidad que mejor te funcionan. ¿Con cuál te sientes más conectado?
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