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Los 7 graves problemas del excesivo consumo de carne

Consideramos importante que sepas que en los últimos años el consumo de carne ha alcanzado niveles insostenibles, lo que está ocasionando problemas graves a nuestra salud y al equilibrio del mundo.

Podríamos empezar diciendo que la ganadería genera tantos gases de efecto invernadero como todos los coches, trenes, barcos y aviones juntos, y la mayor parte de la carne que consumimos proviene de la ganadería industrial.

La ganadería es la responsable de la emisión del 14.5 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y, en particular la ganadería industrial, es la responsable de la pérdida de biodiversidad en ecosistemas críticos como la Amazonia. El 80 por ciento de la deforestación de esa zona se atribuye a la actividad ganadera, explica Greenpeace, la ONG ambientalista.

También es responsable de un elevado consumo de agua y de la contaminación de los acuíferos, de un consumo exagerado de antibióticos, de la destrucción del modo de vida rural y por si fuera poco del maltrato animal.

La ganadería industrial permite hacer frente a la gran demanda alimentaria, pero el costo para el planeta es enorme. La sobreexplotación de los recursos naturales no solo pone en peligro la vida de los animales, también las nuestras.

México, un gran consumidor de carne

México es el séptimo país de América Latina con mayor consumo de carne. El gasto en este alimento solo es superado por tres productos o servicios. Pero ¿te has puesto a pensar en las consecuencias del consumo de tanta carne?

Veracruz y Jalisco son los estados que encabezan la lista de productores nacionales, pero además tienen el mayor uso de recursos hídricos. Los datos son terribles. Y para muestra un botón: México pierde cada año entre 500 y 600 mil hectáreas de bosque.

El consumo exacerbado de carne y otros derivados animales procedentes de la ganadería industrial es una de las cuestiones alimentarias más importantes de nuestros tiempos.

Su consumo en los países desarrollados ha alcanzado niveles totalmente insostenibles, pero aún así se considera que este exceso de carne es natural y necesario.

Estos son los siete grandes problemas derivados de un excesivo consumo de carne.

1. Daña nuestra salud

La Organización Mundial de la Salud ha clasificado a la carne procesada como “carcinógena para los humanos” y la carne roja como “probablemente carcinógena para los humanos”.

Además, el consumo excesivo de carne, en combinación con otros factores como la falta de ejercicio físico, contribuye al deterioro de nuestra salud, pues genera sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte, el uso masivo de antibióticos en la ganadería industrial contribuye significativamente al desarrollo de resistencias a estos medicamentos. Según la OMS, la resistencia a antibióticos podría provocar más muertes que el cáncer en 2050.

2. Contribuye al cambio climático

La ganadería es responsable de la emisión del 14.5 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), tanto como todos los coches, trenes, barcos y aviones juntos.

Entre los gases emitidos se encuentran el CO2, pero especialmente el metano y el óxido nitroso, dos gases de efecto invernadero mucho más potentes que el CO2.

Estos gases provienen de las emisiones directas, pero también de las indirectas derivadas de un modelo de agricultura dependiente del petróleo y de los plaguicidas y fertilizantes químicos que sustentan a la ganadería industrial.

No podemos frenar el calentamiento global si no cambiamos el modo de producir y consumir carne y otros derivados animales.

3. Monopoliza la tierra cultivable

Con cerca del 75 por ciento de la superficie agrícola destinada a la ganadería, tanto en forma de pastos como para producir piensos, no conseguiremos salvar los bosques y frenar la pérdida de biodiversidad a menos que frenemos la expansión de la ganadería industrial.

Estamos transformando la Amazonia en filetes baratos: el 80 por ciento de la deforestación se atribuye a la actividad ganadera relacionada a la producción de carne.

4. Merma la biodiversidad

La agricultura industrial destruye masivamente la biodiversidad, incluso la alimentaria. En el mundo existen más de 30,000 especies vegetales comestibles, pero cada vez centramos más nuestra alimentación y la de los animales en cuatro: trigo, soja, maíz y arroz.

Lo mismo hace la ganadería industrial. Según la FAO, la quinta parte de las razas de ganado a nivel mundial está en peligro de extinción.

Los monocultivos para la producción de piensos son altamente demandantes de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, una amenaza directa para diversas especies.

Las lindes de los campos y los setos desaparecen, destruyendo así importantes hábitats incluso para la propia agricultura porque son refugio y fuente de alimento para muchas especies beneficiosas, como los insectos polinizadores.

5. Envenena el agua

Antibióticos, fertilizantes y plaguicidas contaminan los acuíferos, lo que provoca ‘zonas muertas’ en los océanos. Además, la ganadería demanda altas cantidades de agua.

Por ejemplo, para producir 1 kg de filete de ternera son necesarios 15,000 litros de agua, mientras que para producir 1 kg de trigo hacen falta 1,300 litros o 131 para 1 kg de zanahorias. El agua es vida y para que siga siéndolo hay que cambiar el modelo productivo y reducir el consumo de carne.

6. Favorece un sistema de producción de grandes capitales

El aumento en la eficiencia y eficacia de la producción de carne y otros derivados animales concentra el poder de mercado en unas pocas manos, en detrimento de las pequeñas comunidades agrícolas.

Cambiar el modo de producir y consumir carne es una forma de cambiar las reglas del juego y de promover la soberanía alimentaria.

7. Olvida el bienestar animal

Todo el modelo de ganadería industrial se basa en un principio básico: alimentar y sacrificar a los animales lo más rápidamente posible y bajo cualquier condición para maximizar los beneficios.

Esto generalmente significa mantener vacas, cerdos y pollos en explotaciones con una elevada densidad de animales, no respetando su bienestar y creando una bomba de relojería para el surgimiento de enfermedades.

Apoyar la ganadería extensiva y ecológica es apoyar un modelo donde los animales viven dignamente y contribuyen al equilibrio ecológico.

Ante esta situación la recomendación es un menor consumo de carne, así como procurar que la carne y otros derivados animales para tu consumo provengan de la ganadería extensiva, ecológica y local.

Fuente: Greenpeace.

Eliesheva Ramos

Como periodista tengo la misión, parafraseando al intelectual español Julio Anguita, de perturbar, de agitar el cerebro, de mover las conciencias. Para lograr esos objetivos me aferro al abecedario como otros se aferran al escapulario. Me especializo en notas de salud, bienestar, estilo de vida, gastronomía y viajes.

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