Para muchos de nosotros, volar ya no es una experiencia emocionante, sino un tormento insufrible.
Es un fastidio tener que hacer varias filas en los aeropuertos internacionales: para registro, revisión de pasaportes, inspección de seguridad y para subir al avión. Y el alivio de llegar por fin a tu asiento puede esfumarse al ver que es estrecho e incómodo, que los compartimientos superiores están llenos y que debiste haber llevado unos sándwiches caseros.
Como se espera que la cantidad de viajeros se duplique en el mundo y rebase los 6,000 millones en los próximos 20 años, según previsiones de la industria, las aerolíneas están tratando de superar el enorme reto.
Cuando los londinenses Jeremy y Jill Joseph volaron hace poco de su ciudad a Niza, Francia, para asistir a una conferencia médica en Mónaco, notaron algunas mejoras en la cabina de clase turista de British Airlines: asientos forrados en piel, con un soporte para la cabeza completamente ajustable, un portarrevistas reubicado (ahora se encuentra en la parte superior del espaldar del asiento delantero para dejar más espacio para las piernas) y un soporte para tablets en el que se puede conectar una iPad. Otro elemento nuevo es la iluminación interior ecológica, generada por diodos emisores de luz (LEDs, por sus siglas en inglés).
Hay una tendencia en la industria aeronáutica mundial: usar la tecnología para ofrecer comodidad a los viajeros. Claro que el confort no reside sólo en tener asientos ergonómicos; la idea es aumentar el bienestar en todo el avión: mejor atención por parte de los tripulantes, un ambiente grato en la cabina, espacios más amplios, y más calidad en la comida y el entretenimiento durante el vuelo.
“Se espera que la cantidad de viajeros se duplique en el mundo y rebase los 6,000 millones en los próximos 20 años”
“Creo que British Airlines supera la norma”, dice Jeremy, quien por ser cirujano oftalmólogo aprecia en especial los aspectos visuales, aunque también se refiere a la calidad del servicio y a sus experiencias con la tripulación. Jill agrega: “Cuando elegimos una aerolínea, queremos sentirnos en buenas manos. Las líneas aéreas tradicionales transmiten un sentido de madurez y confianza. Para nosotros, eso es un factor de bienestar”.
Feria de innovaciones
La máxima aspiración de la industria aeronáutica es conciliar la comodidad para el mayor número posible de viajeros con las limitaciones propias de las cabinas de avión. Aunque los factores psicológicos influyen en la percepción de la comodidad, el desafío consiste en maximizar el espacio físico para los pasajeros de clase turista.
Todos los años, ejecutivos de las aerolíneas se reúnen en la EXPO de Interiores de Aeronaves, en Hamburgo, Alemania, donde los proveedores de la industria presentan las innovaciones para cabinas, y los ejecutivos de las aerolíneas ven con entusiasmo los audaces conceptos y prototipos.
En las exposiciones más recientes se han mostrado todo tipo de configuraciones nuevas de asientos. En febrero pasado Airbus armó revuelo al presentar los “asientos reconfigurables para pasajeros”, los cuales se pueden adaptar rápidamente para distintas combinaciones de personas, desde familias con niños pequeños hasta personas con movilidad limitada.
No es raro que las comodidades de las clases primera y ejecutiva se extiendan a la turista mientras las aerolíneas compiten para hacer más confortable la parte trasera de los aviones. Hoy ya se ve esto en vuelos largos por toda Europa, en los que las camas totalmente planas, que antes eran exclusivas de la primera clase, se han vuelto la norma en la clase ejecutiva.
Ahora también están apareciendo camas en la clase turista. Air New Zealand introdujo su “Skycouch”, un triple asiento que se convierte fácilmente en cama matrimonial. Es una tendencia que se está empezando a notar en Europa, con Air Astana y su ”clase turista durmiente” en los vuelos entre Kazajistán y Londres, Fráncfort, París y Hong Kong.
Para muchas aerolíneas, reconfigurar los asientos no es viable, pero, ¿se puede hacer algo para que los asientos actuales sean más cómodos? La compañía textil suiza Lantal creó el sistema de confort neumático (SCN), que permite a los pasajeros ajustar la firmeza de los cojines.
“Cuando elegimos una aerolínea, queremos sentirnos en buenas manos”
Los cojines SCN —instalados ya en algunos aviones de Lufthansa, Swiss, Austrian Airlines, JetBlue Airways y Edelweiss Air— son más ligeros que los cojines de avión ordinarios, y este ahorro de peso podría aprovecharse para añadir más comodidades.
Más capacidad de carga
Comodidad en cabina significa también una capacidad de almacenamiento adecuada para todo lo que los viajeros llevan consigo hoy día.
Predrag Sasic es un comerciante del ramo petroquímico que hace vuelos todas las semanas por varias aerolíneas desde Zúrich, Suiza, a otras ciudades europeas, tanto en clase ejecutiva como en clase turista. “Mi horario de trabajo siempre cambiante y el hecho de que debo agendar vuelos y conexiones con poco tiempo de antelación significa que no siempre dispongo de tiempo para registrar mi equipaje en el mostrador”, dice, “así que sería estupendo contar con un poco más de espacio libre en los compartimientos superiores de los asientos”.
Eso les convendría también a las líneas aéreas, porque guardar más aprisa el equipaje de mano ahorraría tiempo valioso durante el ascenso y el descenso de pasajeros. Boeing halló una solución para este problema con sus “contenedores espaciales”, unos nuevos compartimientos que tienen 48 por ciento más capacidad que los de sus aviones 737: les caben 194 maletas de mano, 62 más que antes. Alaska Airlines fue la primera en instalarlos, en octubre de 2015, y Jet2.com y Air Europa los adoptarán pronto.
Conexión a bordo
Entre las cosas extras que llevamos con nosotros en los vuelos están los aparatos electrónicos personales (AEP), como los smartphones y las tablets, que hoy forman parte de nuestra vida cotidiana. Curiosamente, a las aerolíneas les interesa mucho que subamos con ellos a bordo. Los AEP están mejorando tan aprisa, que las líneas aéreas batallan para mejorar al mismo ritmo los entretenimientos incorporados a los asientos.
Estas empresas se preguntan por qué deberían invertir en costosos sistemas de entretenimiento que añaden peso, se hacen obsoletos pronto y no son mejores que los aparatos de los pasajeros. Una encuesta sobre tecnología de la información en los aviones reveló que dos de cada tres pasajeros deseaban poder usar sus AEP para entretenerse durante el vuelo.
“Guardar más aprisa el equipaje de mano ahorraría tiempo valioso durante el ascenso y el descenso de pasajeros”
El sector no tardó en reaccionar: la compañía International Airlines Group recientemente hizo un trato con Gogo, empresa de cibertecnología con sede en Chicago, Illinois, para llevar su sistema satelital de banda ancha a 118 aviones de British Airways, a cuatro Boeing 757 de Aer Lingus y hasta 15 aeronaves de recorridos largos de Iberia. La instalación empezará a principios de 2017 en la flota de British Airways, y se espera que termine en 2019.
Así que la conexión a bordo sigue adelante, aunque en este momento depende de cada aerolínea decidir cuándo y cómo podrá la gente tener acceso a las redes móviles. Quizá los pasajeros prefieran usar sus propios aparatos, pero Predrag Sasic dice que debe haber un equilibrio: “En vuelos cortos escucho música, y en los largos veo películas. Creo que sería útil leer mis e-mails en los vuelos largos, para no perderme de nada, aunque a veces es bueno no estar disponible”.
Estimular los sentidos
Aparte de los aparatos, las aerolíneas también están intentando conectarse con nuestras emociones por medio de elementos tangibles a bordo. Quienes hacen vuelos largos quizá ya hayan notado la tendencia actual a usar iluminación “anímica” con secuencias de LEDs que simulan los tonos del amanecer y el ocaso, los cuales, según sus creadores, ayudan a reducir los malestares del desfase horario. Las aerolíneas Virgin Atlantic y Emirates son precursoras de esta moda.
La iluminación anímica se está extendiendo ya a los vuelos cortos. En 2015 Icelandair instaló un sistema de LEDs en uno de sus aviones Hekla Aurora 757, que usan luces intermitentes de colores para simular una aurora boreal dentro de la cabina.
El efecto relajante no es el único beneficio de la iluminación. Las luces LED duran 10 veces más que los focos que se usaban antes. El sistema incluso se puede ajustar para que emita un resplandor anaranjado a fin de hacer que los alimentos que se sirven a bordo parezcan más apetecibles.
La estimulación sensorial también incluye el olfato. Iberia creó una fragancia propia para cabina llamada “Mediterráneo de Iberia”, cuyo fin es infundir a los pasajeros una sensación de bienestar con sus notas frutales, florales y de madera, y un toque cítrico.
¿Qué se está cocinando?
Las comidas son parte esencial de la experiencia de vuelo en toda aerolínea respetable. En un buen restaurante, el aroma y el ambiente pueden abrir el apetito, pero en un avión la comida debe reunir otros requisitos. En las alturas, la presión de la cabina reduce el gusto y el olfato hasta en un tercio, así que los aviones europeos están usando una estrategia nueva para hacer que la comida sea más sabrosa y conserve su presentación tradicional.
Cada vez más pasajeros esperan que durante los vuelos les sirvan alimentos como los que disfrutan en los restaurantes, pero gran parte del equipo de cocina de los aviones es incompatible con las normas de seguridad a bordo. Así que una nueva industria está creando aparatos compatibles con las aerolíneas, como cafeteras exprés, hornos de convección, sartenes y vaporeras de arroz para satisfacer el paladar de los viajeros más exigentes.
“Las aerolíneas también están intentando conectarse con nuestras emociones por medio de elementos tangibles a bordo”
Cuando la esposa de Predrag Sasic, Mira, voló en clase turista de Zúrich a Belgrado por Air Serbia, le pareció que la aerolínea había recreado un ambiente nostálgico. “Las sobrecargos vestían como las azafatas de Pan Am, y servían la comida con cubiertos de metal”, cuenta. “Pensé que estaba haciendo un viaje en el tiempo”.
Materiales compuestos
¿Y qué mejoras presentan los aviones por fuera? Existen algunas diferencias sutiles en la forma de las aeronaves actuales. Son cada vez más las que tienen winglets, o sharklets, en las puntas de las alas. Y si ya volaste en un Boeing 787 Dreamliner, quizá hayas notado la forma en zigzag del borde posterior de las turbinas. Estos cambios ahorran combustible, reducen la emisión de gases, abaratan el costo de los boletos y mejoran la experiencia a bordo al disminuir el ruido en la cabina.
Todos estos adelantos han sido posibles gracias al creciente uso del compuesto de carbón en la construcción de aeronaves. Es un material increíblemente duro y resistente, formado por fibras de carbono que se enlazan y refuerzan con polímeros, el cual está sustituyendo a las aleaciones de aluminio y al acero.
Los Boeing y los Airbus más recientes, el Dreamliner y el A350XWB, están hechos de compuesto de carbón en cerca del 50 por ciento, lo que los hace más fuertes y livianos. Este material también permite un diseño más estético y fluido de la cabina de pasajeros. Airbus ya ha incorporado un innovador diseño de cabina llamado Airspace a su flamante A330neo.
Según Airbus, sus nuevas cabinas serán “más relajantes, inspiradoras, bonitas y funcionales”. Entre las mejoras habrá más espacio en los compartimientos para equipaje de mano, baños más grandes, asientos y pasillos más amplios, y espacio libre para los pies debajo de los asientos.
El factor humano
“¿Recuerdan cómo se volaba antes por Southwest Airlines? Las azafatas no usaban hot pants”, decía una sobrecargo rubia en un anuncio televisivo de 1972. Quizá algunos pasajeros extrañen la ropa reveladora en las cabinas, pero la imagen de las azafatas es ahora un poco más sutil: la idea es transmitir confianza, servicio personalizado y un sentido del humor gentil.
Jeremy Joseph cuenta: “En junio pasado volvía yo a Londres en un vuelo desde Namibia justo cuando empezaban a conocerse los resultados del referéndum sobre Europa, y el capitán anunció que no estaba seguro de si aterrizaríamos en la Unión Europea aquella tarde”. Por su parte, Mira Sasic recuerda el aprecio del factor humano: “Es muy agradable subir a bordo de un avión de tu país natal y sentir que ya estás de vuelta en casa. He de decir que la tripulación suiza suele lograr el balance adecuado de servicio con una sonrisa”.
La siguiente tendencia en el servicio en cabina consistirá en el uso de “datos clave”, ya que las aerolíneas siguen reuniendo información sobre los pasajeros y la usarán para preguntarte si quieres tu bebida favorita, llamándote a ti y a tus acompañantes por su nombre. Algunos de esos datos se obtienen cuando los pasajeros se inscriben en los programas de lealtad a la aerolínea, lo que permite rastrear sus itinerarios. También se averiguan los gustos de los viajeros a través de cuestionarios en línea y escuchando o leyendo los comentarios que dejan en las redes sociales. Así que no te sorprendas si, en el futuro cercano, los tripulantes del avión conocen tus preferencias musicales.
Hay algunas cosas que la tecnología jamás podrá reemplazar. Durante el vuelo de regreso a Londres de Jill y Jeremy Joseph, el capitán de vuelo iba dando cuenta del marcador del partido final de la Liga Europea de futbol, entre el Liverpool y el Sevilla. En una época en que los pilotos permanecen encerrados en su cabina, fuera de la vista, “siempre es agradable escuchar al capitán”, dice Jill, quién aprecia que “los pilotos dominen bien los eufemismos”. Ojalá esa parte de la experiencia de volar no cambie nunca.
Paul Sillers / Ingimage