En estos momentos de tanto dolor, vale la pena hacer una pausa y, aunque parezca difícil, redescubrir nuestra gratitud.
Con frecuencia damos por sentadas las cosas buenas que tenemos y nos concentramos más en las que carecemos, en las cosas malas que hay en nuestras vidas y en lo mucho que deseamos librarnos de ellas.
Pero la práctica de la gratitud requiere un enfoque real en el momento presente, en apreciar la vida tal como es y pese a todo. Robert Emmons, escritor especializado en la gratitud, la define como “una profunda sensación de asombro, agradecimiento y aprecio por la vida”.
Es importante darnos cuenta de las cosas significativas, buenas y positivas que tenemos en nuestra vida. La primera condición para ejercer la gratitud es la apreciatividad: necesitamos ser capaces de distinguir y resaltar aquello que consideramos valioso.
La doctora Christiana Northrup, cofundadora de la clínica Women to Women, concluyó que ocurren muchos cambios fisiológicos benéficos en nuestro cuerpo cuando sentimos gratitud, incluso por un breve periodo de 15 a 20 segundos. Entre ellos destacan.
Con voluntad y disciplina, estos sencillos ejercicios te ayudarán a aumentar tu gratitud.
Escribe todas las razones en tu vida por las cuales sentirte agradecido. Leerlo a diario, ya sea al comenzar al día o en un momento difícil, te conectará con un estado de optimismo y energía.
Lleva un diario de gratitud. Cada noche, escribe tres cosas buenas que te hayan pasado durante el día (o hazlo cada domingo, con todo lo que ocurrió en la semana). Platícalo con tus seres queridos para compartir el efecto positivo de la gratitud.
Expresa gratitud a los demás, verbalmente o por escrito. Puede ser por sus detalles, su generosidad o por el efecto que tienen en tu vida.
Escribe una carta. No necesitas más de 400 palabras para demostrar tu gratitud con alguna persona que haya hecho algo positivo o importante para ti. Sé específico en el agradecimiento y la emoción que te haya provocado. Si puedes, entrega la carta: el acto de agradecer y valorar es contagioso y la otra persona se sentirá motivada a replicar tu gesto.
¿De qué forma practicas la gratitud?
Tomado de Revista Buena Salud