Los humildes inicios de 3 ideas geniales
Donde nosotros vemos audífonos enredados, insectos molestos y banditas curativas, estos científicos vislumbran importantes ideas para el mundo.
Estos insectos podrían ayudar a salvar soldados, solo faltan algunas buenas ideas…
Cualquiera que haya usado un periódico enrollado para matar una mosca sabe muy bien lo hábiles que son estos insectos para esquivar golpes. Parecen adivinar dónde te hallas… y cómo escapar.
“Las moscas son increíblemente buenas para hacer lo suyo”, dice Michael Dickinson, profesor de biología en la Universidad de Washington.
Para estudiar estos insectos en acción, Dickinson tuvo algunas ideas, para una de ellas hizo pasar moscas a través de un tubo que terminaba en una tablilla. Un disco “acechaba” sobre ésta, listo para aplastar las moscas desde varias direcciones (de frente, por los costados y por atrás) mientras una cámara de alta velocidad filmaba las reacciones de los insectos ante el ataque inminente.
Luego de hacer pasar cientos de moscas por su máquina, Dickinson descubrió algo interesante: menos de 300 milisegundos antes de un posible ataque, las moscas se preparaban con “ajustes posturales”.
Si el golpe venía de arriba, la mosca movía hacia delante sus dos patas medias para retroceder y alejarse del peligro una vez que alzaba el vuelo; si venía de atrás, movía hacia atrás las patas medias para lanzarse hacia el frente. Las moscas pueden ser un fastidio, pero son también unas ágiles bailarinas.
La investigación de Dickinson está ayudando a otros a construir microrrobots capaces de imitar los patrones de vuelo de las moscas. También a los militares les interesan las ideas y los hallazgos del biólogo, pues planean utilizarlos para construir aviones de combate no tripulados que tengan mejores tiempos de reacción, lo cual reduciría la necesidad de contar con pilotos para operarlos, y mantendría a más soldados lejos de las líneas de fuego.
Dickinson no odia a las moscas; de hecho, se aparta de ellas al caminar para no aplastar ninguna. “Me enoja ver a alguien espantar una mosca”, dice, “pues dedico muchas horas a observar cómo se acicalan y mueven sus cabezas diminutas”.
Una lagartija ayuda a la piel humana más frágil.
Arrancarse de la piel una bandita curativa suele doler, y hasta puede ser peligroso. Los recién nacidos y los ancianos tienen la piel muy delicada, y quitarles de un tirón un cinta adhesiva puede ocasionarles irritación, llagas e incluso cicatrices permanentes. Tan sólo en Estados Unidos, las banditas y otros adhesivos de uso médico son causa de alrededor de 1.5 millones de lesiones.
“Éste es un problema que conocen bien los médicos y las enfermeras de las salas de neonatos”, dice Jeffrey Karp, profesor de la Universidad Harvard.
“Esperan con ansias la creación de nuevos adhesivos médicos que se mantengan bien fijos a la piel sin lastimarla”. Es por eso que Karp y su equipo actualmente trabajan en ideas para buscar una innovación y que quitar una bandita sea menos traumático.
Mientras que la bandita curativa ordinaria está constituida por un apósito esterilizado y una capa adhesiva, la cinta de Karp incluye una capa intermedia. Ésta soporta la mayor parte del impacto de retirar la cinta —en vez de que lo haga la capa adhesiva que se pega a la piel—, lo cual reduce el daño al mínimo.
Cuando llega el momento de quitar la bandita, se desprende con facilidad. En la piel sólo queda un residuo que puede lavarse con agua y jabón o cubrirse con talco para bebé.
La cinta de Karp no es su única innovación en tecnología de adhesivos médicos; en 2008 creó un apósito quirúrgico a imitación de las almohadillas adhesivas microscópicas de las patas de un geco (salamanquesa).
La superficie pegajosa de la cinta permite que se adhiera con fuerza a sitios difíciles, como los tejidos húmedos del corazón y los pulmones. Mejor aún, este sellador biodegradable se desintegra con el tiempo. A diferencia de los apósitos comunes, esto significa que los médicos no tienen que regresar al cuarto del paciente para retirarlos.
Si las ideas son buenas y la cinta adhesiva indolora de Karp tiene tan buenos resultados como su invento anterior, las generaciones futuras de pacientes ya no soltarán gemidos de dolor cuando les quiten una bandita.
Desenredar los audífonos podría evitar infecciones.
Al sacar tu iPod del bolsillo, ¿te ha pasado que el cable de los audífonos esté hecho nudo? Cada vez que el físico Robert Matthews, de la Universidad Aston, en Inglaterra, examina una cuerda enredada, le recuerda algo mucho más pequeño y relevante. “A pesar de su aparente banalidad, los nudos espontáneos tienen una gran importancia en química de polímeros y en biología molecular”, señala.
Cada célula de nuestro cuerpo contiene cerca de 1.8 metros de ADN. Si esas cuerdas genéticas se enredan, el efecto puede ser devastador para la salud celular. Matthews se interesó en este tema cuando, al desenredar una cuerda por enésima vez, recordó una prueba matemática publicada en los años 80: que el riesgo de que una cuerda se enrede aumenta en razón de su longitud.
Matthews observo que si las puntas se atan formando un lazo, la longitud de la cuerda se reduce y deja de haber extremos libres, cuyo movimiento propicia que se formen nudos.
En 2010, con el fin de someter a prueba sus ideas sobre la “hipótesis del lazo”, Matthews emprendió el Gran Experimento Británico de Nudos. Reclutó niños para que metieran cuerdas —algunas de las cuales tenían los extremos atados en un lazo, y otras no— dentro de cajas, sacudieran y movieran éstas por todos lados y luego las abrieran.
Matthews observó que las cuerdas con lazo se enredaban tan sólo 10 por ciento de las veces, en comparación con las cuerdas no atadas de la misma longitud. Así, si atas los extremos del cable de tus audífonos (con una liga de hule, digamos), se reducirá mucho la probabilidad de que se enrede.
Esa solución es un regalo de Dios para toda persona que haya batallado con las series de luces navideñas, pero el hallazgo de Matthews podría tener un impacto aún mayor. Si los científicos lograran formar nudos de lazo microscópicos en las puntas del ADN y en los virus, significaría un gran avance en la lucha contra el cáncer y las infecciones.
Mientras tanto, toma una liga de hule y ata con ella las puntas del cable de tus audífonos, que así quedarán libres de nudos.