Los jóvenes tienen prioridad sobre ancianos ante Covid-19
Si se saturan los hospitales por Covid-19 y escasean los ventiladores, los profesionales de la salud tienen un dilema al decidir quién vive y quién muere.
Sergio tiene 80 años y Mauricio 20, ambos están infectados con Covid-19 y necesitan un ventilador para sobrevivir, pero el hospital solo cuenta con uno … ¿quién merece usarlo?
Este es el desgarrador dilema ético que los médicos de todo el mundo están enfrentando a medida que aumentan los casos de coronavirus y los hospitales se ven rebasados.
Ante esta situación, el personal de salud debe contar con parámetros objetivos y equitativos para la asignación de recursos médicos escasos, así que el Consejo de Salubridad General (CSG) determinó que ante una posible saturación del Sistema Nacional de Salud mexicano se priorizará a los pacientes jóvenes sobre los adultos mayores, o de aquellos que tengan una enfermedad crónica como diabetes e hipertensión.
En tiempos rutinarios, los médicos de la sala de emergencias operan bajo principios igualitarios y ofrecen cuidados intensivos por orden de llegada bajo el precepto de que la vida de todos es igual.
Para facilitar la toma de decisiones a los profesionales de la salud, el CSG publicó en sus redes sociales la ‘Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica’. Cabe destacar que no le tocará a los médicos tratantes tomar la decisión, sino que en cada hospital existirá un equipo que se encargue de evaluar diversos factores para elegir a aquel que tenga mejores probabilidades de sobrevida.
Un principio de justicia social es que todas las personas tienen el mismo valor, así que la distribución de recursos escasos durante una emergencia sanitaria debe orientarse a salvar la mayor cantidad de vidas.
Este precepto aplica también a los escasos recursos de medicina crítica. Salvar la mayor cantidad de vidas requiere la evaluación tanto de la posibilidad de que un paciente mejore y sobreviva, como el tiempo que tardará en recuperarse.
Si Sergio de 80 años necesita un ventilador y Mauricio de 20 años también, ambos enfermos de Covid-19, se evalúa cuánto tiempo de vida tendrá cada uno. Si Sergio recibe el ventilador vivirá siete años más, pero si lo recibe Mauricio vivirá 65 años más.
Ante dicha disyuntiva se usa este principio: salvar la mayor cantidad de vida-por-completarse. Una vida-por-completarse se debe entender como aquella que aún no ha pasado por los diferentes estados de desarrollo bio-psico-social humanos (infancia, adolescencia, edad adulta, vejez).
En caso de un empate en el criterio de vida-por-completarse, la decisión quedará al azar y se tomará en cuenta la tasa de mortalidad por Covid-19, la cual es más elevada entre hombres que entre mujeres.
Durante la asignación de recursos escasos de medicina crítica no deberán tomarse en cuenta:
La ‘Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica’ especifica que si el contagiado es personal médico tendrá prioridad absoluta, pero con condiciones: que sea un profesional de salud que haga frente a la pandemia, que no presente comorbilidades o que su pronóstico sea tan grave que los recursos escasos no harían diferencia en su salud.
¿Y por qué no respetar el principio de orden de llegada durante una emergencia de salud pública? Se debe a que se beneficia de manera injusta a quienes viven en poblaciones urbanas y cerca de los centros de salud.
Quienes no sean elegidos para el uso de las herramientas médicas deberán recibir por parte del hospital soporte psicológico. El nosocomio también procurará la despedida entre paciente y familiares; si por cuestiones sanitarias el enfermo no puede ser acompañado por sus seres queridos, se deberá recurrir a la tecnología (llamadas o videollamadas).
La Universidad Nacional Autónoma de México dijo mediante un comunicado que se deslinda del contenido de la Guía los términos y del contenido debido a que ni la UNAM ni su rector, Dr. Enrique Graue, han sido convocados a sesión plenaria alguna para el análisis, discusión y eventual aprobación de dicho documento.