En promedio le dedican a esta actividad dos horas por semana. Aluden la falta de tiempo, rutinas laborales intensas, cansancio e intolerancia hacia sus hijos.
Los padres de familia mexicanos tienen muy poco tiempo para jugar con sus hijos pequeños. Según datos del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI), en promedio juegan alrededor de dos horas por semana aunque el juego es una actividad fundamental, pues a través de él los niños aprenden, refuerzan su autoestima y estrechan los lazos con sus familiares.
Además, es una forma de comunicación que estimula la creatividad en los niños y algo no menos importante: es posible determinar si un niño está padeciendo acoso escolar o alguna otro escenario de riesgo porque en el juego se proyectan los problemas” explicó Claudia Sotelo Arias, directora del CEEPI.
El juego entre padres e hijos refuerza lazos y la autoestima de los niños.
En términos generales los padres que no juegan con sus hijos anteponen al exceso de trabajo, cansancio, pero de igual forma denotan poca disposición de integrarse a las actividades de sus hijos.
“La situación se agrava porque los padres suelen compensar estas carencias con regalos materiales o sustitutos del juego como videojuegos, tabletas o teléfonos inteligentes o les permiten ver programas de televisión o videos sin restricción. También suelen llenar de actividades extraescolares a sus hijos”, sostuvo la especialista.
El juego es una forma de comunicación que incentiva la creatividad y revela problemas emocionales infantiles.
Sotelo Arias comentó que este fenómeno se está presentando a nivel mundial y se debe principalmente a las jornadas de trabajo tan intensas de los padres de familia, y se suma la depresión, el aislamiento de los padres de familia, escenarios de violencia conyugal y marginación social, adicciones y también egoísmo de los adultos que se tornan incapaces de relacionarse afectivamente con sus hijos.
La psicóloga dio a conocer una serie de recomendaciones: “Los papás que tienen poco tiempo para jugar con sus hijos están dejando ir un tiempo extraordinario que nunca regresará. Se están privando de una actividad que se disfruta y que otorga mayor calidad de vida; sabemos que los adultos que juegan constantemente con sus hijos tienden a tener una visión más positiva de la vida y los niños se siente afectivamente más seguros y comprendidos”, concluyó.
¿Por qué los papás no juegan con sus hijos?
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