¿Tienes problemas para entenderte con tu fiel amigo? Aquí una guía para adiestrarlo y comprender su comportamiento.
Llamar a tu perro, ponerle la correa y llevarlo sin más a la casa.
Humano: “¡Ven, Sultán!”
Perro: “Este brote de hierba me fascina, así que voy a seguir oliéndolo mientras me llama ese humano que está allá. Además, si voy con él corriendo, me va a poner la correa y me meterá en la casa”.
Error: Que cuando el perro corra hacia ti, le pongas la correa y lo metas en la casa de inmediato. Velo desde su punto de vista. Necesitas ser más atractivo para él que el brote de hierba. Usa una voz alegre al llamarlo, y prémialo con una croqueta o con su juguete favorito. Practica a diario el “¡Ven, Sultán!” Llámalo, prémialo y deja que se vaya. No conviertas el “¡Ven, Sultán!” en la señal de que cada vez que vaya contigo significa que regresan a casa.
Ser inconstante.
Humano: “Hoy no tengo ganas de practicar los ejercicios de entrenamiento con mi perro. Lo haremos la semana que entra, cuando tenga más tiempo”.
Perro: “Hoy voy a poder echármele encima a la gente sin problemas”.
Error: Entrenar a tu perro sólo cuando tienes ganas. ¡La constancia
es la clave! Haz que las lecciones sean breves y divertidas para el perro, y que las practique al menos una vez al día. Si está lloviendo o llegaste tarde del trabajo, practica los ejercicios dentro de la casa.
Entrenar a tu perro debe ser una experiencia de aprendizaje tanto él como para ti.