Los perros poseen uno de los sentidos del olfato más desarrollados del reino animal, capaz de detectar cambios imperceptibles para los humanos.
Gracias a esta habilidad, hoy se sabe que pueden oler ciertas enfermedades incluso antes de que aparezcan los síntomas visibles. Este talento ha despertado el interés de la ciencia médica y la salud preventiva.
Cáncer, diabetes, entre otras
Entre las enfermedades que los perros pueden identificar se encuentran el cáncer (como el de pulmón, mama o próstata), la diabetes, el Parkinson y algunas infecciones bacterianas.
Los animales detectan sustancias químicas que el cuerpo libera cuando una enfermedad se desarrolla, ya sea a través del aliento, el sudor o la orina.
Olfato canino, 100 mil veces más sensible que el nuestro
Esto sucede porque las enfermedades modifican el metabolismo humano, produciendo compuestos llamados biomarcadores volátiles. El olfato canino, hasta 100 mil veces más sensible que el humano, es capaz de reconocer estos cambios mínimos.
- Para un perro, cada cuerpo tiene un aroma único, y cualquier alteración resulta evidente.
Razas destacadas
Algunas razas destacan por su capacidad para este trabajo especializado.
Los Labrador Retriever, Pastor Alemán, Golden Retriever y Beagle son especialmente valorados por su inteligencia, concentración y disposición al entrenamiento. Estas cualidades los hacen ideales para tareas de detección médica.
Entrenamiento y efectividad
El entrenamiento de estos perros es riguroso y se basa en el refuerzo positivo. Aprenden a asociar un olor específico con una señal, como sentarse o tocar con la pata.
En hospitales y centros de investigación, su precisión ha llegado a superar el 90 % de efectividad en algunos estudios.
Otras habilidades caninas
Además de la detección de enfermedades, los perros pueden alertar crisis médicas, como bajadas de azúcar en personas con diabetes o convulsiones inminentes.
Esto les permite salvar vidas y brindar mayor independencia y seguridad a quienes los necesitan.
Virtud ancestral
Lo más sorprendente es que esta habilidad no es nueva. Desde hace siglos, se han registrado casos de perros que insistían en oler lunares o heridas, que luego resultaban ser malignas. Hoy, la ciencia confirma lo que la intuición popular ya sospechaba.
Así, los perros no solo son compañeros fieles, sino también aliados silenciosos de la medicina moderna.