Los villancicos
En su origen, en la Edad Media, estas alegres canciones nada tenían que ver con la Navidad. Aunque existían antecedentes de composiciones cantadas por parte de los evangelizadores del siglo V y de cantos...
En su origen, en la Edad Media, estas alegres canciones nada tenían que ver con la Navidad.
Aunque existían antecedentes de composiciones cantadas por parte de los evangelizadores del siglo V y de cantos religiosos que tuvieron una difusión pareja a los nacimientos de San Francisco de Asís durante el siglo XIII, se puede considerar que el verdadero origen de los villancicos como los conocemos hoy, se remonta a los poemas cortesanos de temática amorosa que a lo largo de los siglos XV y XVI se recreaban en los salones nobles y que más tarde repetía el pueblo llano.
Durante el siglo XVII, los maestros de capilla musicalizaron miles de cancioncillas religiosas y sacralizaron otras para ser cantadas en los maitines de las festividades litúrgicas. Sus letras hablaban en lenguaje popular sobre el misterio de la encarnación y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad. Con ellas, los campesinos que no sabían leer podían participar en los festejos navideños y honrar el Nacimiento de Cristo.
Tan grande fue el éxito de estas composiciones que muchas se imprimieron y gozaron de gran difusión, llegando a ser consideradas el sonido de la Navidad. No en vano, hasta hace pocos años —sobre la década de los sesenta—, era habitual durante las fiestas navideñas asistir a escenas callejeras donde niños y jóvenes iban en grupo con panderetas y zambombas cantando villancicos y pidiendo el aguinaldo. Aún hoy, en algunos puntos de Iberoamérica pervive esta costumbre.
Fuente: sabercurioso.com