Malos hábitos: Pequeños descuidos que pueden costarte mucho
¿Es malo dormirse con la tele encendida? ¿Puedo beber de una botella que lleva semanas en el coche? Conoce qué hábitos podrían afectarte.
Ante todo, pese a los mensajes alarmistas que circulan en Internet, no temas que el agua de las botellas desechables absorba sustancias cancerígenas del plástico, señala la Sociedad Estadounidense de Lucha contra el Cáncer.
Las botellas que hay en el comercio no suelen contener sustancias nocivas como bisfenol A (BPA) o ftalatos. Aun así, cualquier botella usada puede albergar microbios de la saliva con que ha tenido contacto, advierte Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona y coautor del libro The Germ Freak’s Guide to Outwitting Colds and Flu (“Guía del maniático de la higiene para burlar la gripe y el resfriado”).
“Esto no supone peligro si no compartes la botella”, añade, pues tu sistema inmunitario ya combatió los virus del resfriado o de la gripe y otros gérmenes que tienes en la boca. La excepción son las botellas que se cierran apretando una boquilla con la mano; éstas pueden contaminarse con Escherichia coli o estafilococos, que proliferan en el medio tibio y húmedo del recipiente. “No te conviene llevarte eso a la boca”, concluye Gerba.
Por desgracia, es falso que la boca de un perro esté más limpia que la de una persona: un estudio realizado en Japón en 2012 revela que tanto canes como humanos tienen en la boca diversas bacterias nocivas que pueden causar gingivitis o agravarla.
Gerba también advierte que los perros pueden transmitir salmonelas, bacterias que provocan graves intoxicaciones alimentarias en el ser humano. Compartir alimentos con tu perro o dejar que te lama la boca puede hacerles daño a ambos, según los gérmenes que cada uno tenga.
Además, si a tu perro le gusta olfatear o lamer inmundicias cuando lo sacas a pasear (heces de animales, basura descompuesta), quién sabe qué sustancias y microbios peligrosos pueda transmitirte. “Yo desconfío de todos los animales que usan la lengua como papel higiénico”, añade Gerba.
Por una vez que lo hagas, si te quedas sin champú, no pasará nada, pero los jabones líquidos y sólidos para el cuerpo pueden reaccionar con los minerales del agua y dejar un residuo pegajoso en el pelo, advierte LeAine Dehmer, investigadora y fabricante de productos para el cuidado de la piel, de Los Ángeles, California.
De hecho, los jabones con muchos humectantes y aceites dejan más residuos, lo que pone lacio y pesado el pelo. “El cabello es muy poroso y absorbe ceras y aceites”, agrega Dehmer. Si quieres, por ejemplo, viajar ligero de equipaje, consigue un champú para cuerpo y pelo, que deja menos residuos, aconseja la experta.
Puede alterar el ciclo del sueño. Un estudio realizado en Australia indica que los niños y adolescentes que ven televisión antes de acostarse no se adormecen: se desvelan.
Otro estudio, efectuado por la Universidad de Pensilvania en 2009, revela que el tiempo que una persona pasa frente al televisor por la noche determina la hora a la que se acuesta, lo que puede producir déficits de sueño.
Científicos de la Universidad Estatal de Ohio incluso observaron signos de depresión en hámsters expuestos de noche a una luz parecida a la de un televisor. Aun así, no cambies la televisión por una iPad ni por un teléfono inteligente. Estos aparatos estimulan más el cerebro, y usarlos por la noche inhibe la somnolencia, advierte Michael Breus, psicólogo especialista en trastornos del sueño.
Con todo, si crees que las repeticiones de un programa aburrido te hacen dormir, quizá tengas razón. “En algunas personas que tienen dificultad para ‘desconectarse’, ver televisión, un acto muy pasivo, permite relajarse y dormir”, añade Breus.
Usa un temporizador para que el televisor se apague y los publirreportajes no te despierten a media noche.
Por íntima que sea la relación, compartir artículos de aseo personal es ir demasiado lejos, afirma Shilpi Agarwal, médica familiar de Los Ángeles. Además de las bacterias causantes de caries y gingivitis que viven en los cepillos dentales, los virus de la gripe y el resfriado pueden permanecer en ellos hasta ocho horas (dado que besarse puede transmitir estos virus y bacterias, las parejas muy cariñosas no están exentas de riesgo).
“El peligro de las maquinillas de afeitar son los estafilococos, que se propagan por contacto con la piel y pueden causar infecciones, forúnculos e incluso abscesos, sobre todo a través de cortaduras”, agrega Agarwal. Algunos estafilococos son resistentes a los antibióticos.
Hay que tener presente que la pauta de crecimiento de la barba en los hombres y del vello de las piernas en las mujeres difiere mucho. “Si los dos usan la misma maquinilla, es más probable que la hoja se melle de modo que aumente la propensión a cortaduras, irritaciones e infecciones bacterianas”.
A las chancletas se han atribuido accidentes viales trágicos, como el de una automovilista neoyorquina que perdió el control del coche, se estrelló en la entrada de una iglesia y causó la muerte a tres personas.
Las chancletas pueden salirse de los pies, trabarse bajo el freno y el acelerador u oprimir ambos pedales a la vez, advierte John E. Langan, ex policía y experto en seguridad vial. “Conducir es el acto más peligroso que la persona común realiza en su vida”, dice. “¿Para qué hacerlo más peligroso llevando calzado inadecuado?”
La próxima vez que debas ponerte al volante y lleves chancletas, quítatelas y déjalas en el asiento contiguo. “Es mejor conducir descalzo que con chancletas”, señala William Van Tassel, director de programas de enseñanza de conducción en la oficina nacional de la Asociación Estadounidense de Automovilistas.
Más vale prevenir que lamentar. Los tostadores tienen mayor probabilidad de incendiarse mientras están funcionando, pero también cuando están apagados, sobre todo debido a desperfectos del cable. Si lo dejas enchufado, puede quedar encendido o encenderse por accidente.
Un estudio de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios de Estados Unidos (NFPA, por sus siglas en inglés) reveló que de 3,600 incendios de tostadores y hornos eléctricos ocurridos en un periodo de cuatro años, 11 por ciento se iniciaron por dejarlos encendidos o por encenderlos accidentalmente. Las migajas acumuladas en el interior del aparato por falta de limpieza frecuente pueden incendiarse.
“Los principales fabricantes de tostadores eléctricos recomiendan desenchufarlos”, dice Lorraine Carli, vicepresidenta de comunicación y defensa de la NFPA. Si mantienes el tostador lejos de materiales inflamables y el cable está en buen estado, puedes olvidar desenchufarlo de vez en cuando.