El origen de los mandalas
Mucho se ha hablado de los mandalas, pero pocos en realidad sabemos su historia. Esta técnica remonta sus inicios desde tiempos ancestrales y tiene su origen en la India; desde ese entonces para la cultura budista crear o iluminar estos círculos ha servido como ayuda en el proceso de meditación, según su filosofía concentrar la mente en este arte logrará un equilibrio entre la energía y las emociones.
Su significado puede variar dependiendo de la cultura que la haya adoptado, siendo la más representativa la cultura hindú que la describe como “circulo o totalidad”, un mandala se puede representar con formas artísticas donde las figuras geométricas juegan un papel importante, círculos, cruces y líneas, cuyos trazos suelen ser minuciosos, delicados y sobre todo muy simbólicos para quienes las elaboran.
No fue hasta el 2009 que esta técnica tomó fuerza en occidente debido a la publicación de un manuscrito llamado “El libro rojo”, escrito por Carl Gustav Jung, un médico psiquiatra y psicólogo, en el cual exponía la evolución de sus pacientes al realizar coloridos mandalas teniendo como resultado una mejoría, estabilizando así la personalidad del paciente.
Muchos especialistas recomiendan la técnica de iluminar mandalas con fines terapéuticos, ya que son una gran actividad de relajación para adultos, actualmente también son recomendados para niñas y niños para expresar de una manera artística sus sentimientos, es por esto que Crayola enlista algunos beneficios que niños y adultos podemos lograr además de la relajación:
- Desarrollo del control y dominio del cuerpo en caso de los niños: sobre todo a la motricidad fina, lo que favorece la capacidad de escritura y dibujo. Ya que al momento de iluminar con colores o crayolas, los niños pueden coordinar su vista con los movimientos generados por sus manos.
- Desarrolla la paciencia: colorear un mandala requiere de tiempo, tranquilidad y sobre todo paciencia para dar color a las múltiples formas y figuras de su interior.
- Reduce los niveles de estrés: una gran opción al momento de realizar esta técnica es recurrir a la música y así poder ambientar de una forma relajante todo el proceso de iluminado.
- Propician el aumento de la autoestima: esto se debe a que estamos creando algo propio y único, en el cual plasmamos nuestra creatividad e imaginación al combinar colores y formas.
- Fomentan la creatividad: Un elemento principal en el arte de crear mandalas es experimentar con el color, si bien hoy en día es muy común encontrar libros con múltiples diseños, estos solo serán mostrados a base de líneas, ahí es donde entra la magia del color, ya que podremos iluminar con diversos materiales a nuestro gusto, los más usados por la cultura que vio nacer esta técnica son: verde, azul, rojo, amarillo, naranja, púrpura, rosa, marrón, negro y blanco, ya que para los hindús el cromatismo de los colores permite alcanzar diversas metas a la hora de meditar.
