Maneras naturales de mantener una piel radiante
A medida que envejecemos nuestra piel pierde humedad y elasticidad, y por ello tiende a arrugarse.
Los dermatólogos cuentan con recursos para combatir esas finas líneas que marcan el paso del tiempo.
Entre ellos figuran cremas, peles químicos e inyecciones de la toxina botulínica, que paraliza temporalmente los músculos faciales, evitando que la piel se arrugue cuando, por ejemplo, frunces el ceño. Quizá la mejor opción sea proteger tu piel de manera natural para mantenerla saludable.
Usa una loción o crema que contenga ácidos alfa-hidróxidos (AAH). Éstos se encuentran en la leche, la fruta y el azúcar de caña, y actúan eliminando las células muertas de la epidermis.
También promueven el crecimiento de colágeno, que ‘rellena’ las arrugas, y combaten los radicales libres (moléculas de oxígeno perjudiciales que pueden dañar tu piel).
Debido a que los AAH causan irritación, prueba antes frotando un poco del producto en una zona pequeña de la piel. Si al día siguiente ésta no ha enrojecido, el uso del humectante no implica riesgo.
Remoja una franela limpia en leche y aplícala en la piel. La leche contiene ácidos alfa-hidróxidos.
Aplícate gelatina de sábila fresca, que contiene ácido málico. Corta una hoja desde su base y ábrela con un corte. Recoge la gelatina rascando con una cuchara, pero evitar romper el hollejo verde y aplícala.
La papaya contiene enzimas que dan tersura a tu epidermis al suavizar las suavizar las arrugas. Pela una papaya; luego mezcla perfectamente dos cucharadas de la pulpa con una cucharada de harian de avena seca para exfoliar tu piel.
Aplícala y deja que actúe unos 10 minutos. Enjuaga frotando con una franela.
Aplica un humectante cada mañana después de asearte, así conservarás la humedad y tu piel se sentirá más suave. Usa uno que también contenga bloqueadores de sol para protegerse de los rayos ultravioleta. No olvides aplicarlo también en manos y cuello.
Prueba con una mascarilla de aguacate. Éste aporta humedad y vitamina E, que es un antioxidante. Machaca la pulpa, extiéndela sobre tu cara y déjala actuar 20 minutos.
Come pescados como salmón, sardinas, atún fresco y macarela varias veces por semana. Éstos son ricos en ácidos grasos omega-3, formidables nutrientes para tu piel.
Otra forma de ingerir los aceites omega-3 consiste en tomar una cucharadita al día de aceite de semillas de linaza.
Llena tu plato con frutas, verduras, nueces y semillas. Éstas proporcionan vitaminas A, C y E, antioxidantes que bloquean los dañinos radicales libres que dañan la piel.
Puedes dar un paso más si te aplicas la vitamina C en la piel. Investigaciones francesas recientes descubrieron que la crema para la piel a base de vitamina C resulta tan eficaz como las cremas de retinol a base de vitamina A, consideradas óptimas. Si quieres dale un giro a la vitamina C, busca la crema correctora de día Reti-C y ésta misma en su versión de tratamiento para la noche.
Adquiere la costumbre de dormir boca arriba. Cuando duermes de lado o boca abajo, entierras la cara en la almohada, lo que acentúa los pliegues de arrugas y grietas.
Haz ejercicio de 20 a 30 minutos casi todos los días. El ejercicio hace que la piel se ruborice, lo que significa que el oxígeno y los nutrientes que hay en tu sangre están llegando a los vasos capilares de tu piel.
No fumes
Bebe suficiente agua para que tu orina sea clara. Ello realmente ayuda a mantener humectada la piel.
En los días soleados aplica antes de salir a la calle una crema bloqueadora de amplio espectro en cara, cuello y demás zonas expuestas. Busca la sombra a mediodía.
Nunca acudas a salones de bronceado: Media hora en una cama de rayos ultravioleta daña más que echarse rodo el día en la playa sin una crema bloqueadora.
Usa gafas de sol para evitar las patas de gallo, pues éstas se forman por entrecerrar los ojos. Aún las ya formadas se desvanecen tras varios meses de usar con constancia las gafas.
Hacer gestos graciosos, afirman algunos especialistas en belleza, repara las arrugas. Lamentablemente no es así. Las sonrisas, las muecas y otras contorsiones faciales solo contribuyen a acentuar las arrugas.
¡Nada! Es solo que a partir de los 30 años de edad más o menos, el tejido conectivo de la piel empieza a estropearse, la producción de aceite disminuye y las arrugas comienzan a aparecer. Es un hecho de la vida.
Sin embargo, las arrugas también se deben a factores que pueden ser controlados. Fumar es uno de los mayores, pues aminora la circulación, de modo que la piel no se oxigena lo suficiente.
Asolearse es otro. Los rayos ultravioleta del sol dañan directamente las fibras conectivas de la piel, además de que promueven que el organismo se generen moléculas de oxígeno perjudiciales llamas radicales libres, que ocasionan estragos en las membranas celulares.
Extracto del libro ‘1001 remedios caseros. Tratamientos confiables para problemas de salud cotidianos’ editado por Selecciones Reader’s Digest.