Mantén a raya tus cólicos menstruales con agua, calor y orgasmos
Los cólicos son normales por las contracciones del útero, un órgano muscular que se contrae y se relaja esos días, lo que provoca dolor.
Algunas mujeres se sienten muy sensibles y padecen cólicos antes del periodo menstrual. Aunque los cólicos son normales pueden ser muy molestos, pero la buena noticia es que pueden tratarse de diversas formas.
Los cólicos y el síndrome premenstrual (SPM) son diferentes. Los síntomas del SPM ocurren antes del inicio del periodo y mejoran una vez que comienza. Los cólicos, por el contrario, pueden empeorar durante los primeros días del periodo.
El SPM es un conjunto de alteraciones físico-mentales que ocurren con más frecuencia entre cinco y 10 días antes de que una mujer comience su ciclo menstrual. Cerca de 40,000,000 de mujeres en el mundo lo padecen. Se considera el problema ginecológico más común.
Se desconoce con exactitud la causa del SPM, pero los cambios cíclicos en las hormonas, así como los cambios químicos en el cerebro (como variaciones en la serotonina, encargada de los cambios de humor) juegan un papel fundamental.
Existen factores de riesgo —la mayoría ligados al estilo de vida— como abuso de alcohol, tabaquismo, depresión, edad, índice de masa corporal, pero también influyen factores ginecológicos como la menarquia, paridad, duración de ciclos menstruales, así como tener una madre con antecedentes de ese trastorno y falta de ejercicio.
Los cólicos son causados por contracciones uterinas a medida que la sangre deja el útero. La capa del útero libera sustancias conocidas como ‘prostaglandinas’. Esas sustancias incrementan la intensidad de las contracciones, sobre todo cuando los niveles son muy altos, lo que también puede ocasionar náuseas y mareos.
El 90% de las mujeres latinoamericanas padece SPM
Los cólicos son normales por las contracciones del útero, un órgano muscular que se contrae y se relaja esos días, lo que provoca dolor de distintas intensidades, pero si la molestia no se alivia con remedios caseros o medicamentos de venta libre sería adecuado buscar ayuda profesional, pues esos cólicos podrían ser causados por alguna enfermedad como endometriosis.
Aquí una lista de consejos útiles para mantener a raya a los cólicos:
Mejoran el estado de ánimo en general y los síntomas físicos del SPM. Algunos estudios señalan que quienes usan esas terapias presentan menores síntomas.
La actividad física se ha descrito como uno de los tratamientos alternativos más efectivos contra el SPM, información avalada por diversos estudios a nivel mundial que avalan esta teoría. Investigadores han descubierto que algunas mujeres presentan calambres moderados durante la menstruación si se ejercitan con regularidad.
Tanto un ejercicio leve, como una caminata rápida, aumentarán la circulación de sangre, lo que libera endorfinas y reduce las molestias.
Colocar almohadillas, paños o bolsas de agua calientes sobre el abdomen o tomar un baño de inmersión caliente son remedios caseros efectivos. Existen investigaciones que avalan los baños de sal de Epsom.
Al parecer un baño de tina con estas sales dos semanas antes del periodo menstrual disminuye el dolor y los cambios de estados de ánimo.
Al parecer un orgasmo sería mejor que cualquier analgésico, pues ocasiona la liberación de químicos naturales como la dopamina, la endorfina y la serotonina que provocan en el cuerpo alivio, relajación y placer.
El orgasmo hace que los músculos del útero se contraigan, lo que reduce el dolor y facilita la expulsión del sangrado endometrial. Estas acciones alivian la inflamación y reducen los días de sangrado.
A veces algo tan simple como masajes de 10 a 20 minutos en el vientre, la cadera o la espalda baja obran milagros, pues la presión leve relaja los músculos. Si tienes a la mano aceites esenciales úsalos. Se sabe que la lavanda, la salvia y la manzanilla alivian los cólicos.
Diluye una gota en una cucharada de aceite base (aceite de coco o de cacahuate) y frota esas partes de tu cuerpo.
Durante un periodo regular se expulsan hasta 60 ml de sangre. Para compensar esa pérdida es vital la hidratación. Bebe agua en función de tu flujo menstrual. La hidratación adecuada previene la inflamación.
Elige agua caliente o tibia, pues aumenta el flujo sanguíneo y ayuda a la relajación de los músculos contracturados. Olvídate del café y el alcohol, pues pueden provocar deshidratación.
Llevar un registro de los síntomas del SPM es una buena idea, pues ayuda a la identificación de los síntomas que están ocasionando problemas. Anotar las molestias ayuda a la comprensión de los posibles desencadenantes.
Tener a la mano esa información será de utilidad para el proveedor de atención médica, lo que permitirá una mejor elección del tratamiento más adecuado.
El diario debe incluir:
Hay que ser pacientes, pues es probable que se necesiten probar diferentes medidas para tratar el SPM, pues cada mujer es única.
Fuentes: Clínica Mayo, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, Naturella y Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.