Al igual que los músculos, el cerebro requiere ejercicio constante para mantenerse sano y lúcido.
Numerosos científicos afirman que nuestra “mecánica mental” o “inteligencia fluida” se deteriora con la edad. El neuropsicólogo Erwin Villuendas, presidente de la Asociación Mexicana de Neuropsicología, precisa que no se puede decir que la memoria mejore o empeore con el tiempo: “Si ponemos a personas de distintas edades a aprender una lista de palabras, el rendimiento de las de mayor edad será menor, pero si les pedimos a personas de diversas edades que discriminen si conocen o no una palabra, el rendimiento mejora con el tiempo”. Infinidad de datos indican que con la edad disminuyen algunas capacidades de memoria, pero las restantes son más eficaces, agrega Villuendas.
Y es que el rendimiento de procesos como la memoria no depende tanto del número de neuronas como de las conexiones que entre ellas se establecen. Desde el nacimiento hay una muerte de neuronas programada cuyas cifras nos asustarían, pero esa disminución no sólo no nos hace menos inteligentes, sino que mejoramos con el tiempo. ¿Por qué ocurre esto? “Porque mueren neuronas pero se forman nuevas conexiones, y son estas conexiones las que nos permiten hacer las cosas cada vez mejor”, explica Villuendas.
El especialista añade que existen múltiples evidencias que demuestran que el rendimiento en cuanto a producción se conserva con el tiempo; basta con echar una ojeada a la edad de quienes reciben cada año los premios de la Fundación Nobel. “Un caso particular es el de Rita Levi Montalcini, ganadora del Nobel de Medicina en 1986, la cual actualmente tiene 101 años y continúa escribiendo”, señala Villuendas. “Ella ha publicado varios libros sobre el envejecimiento, como El as bajo la manga”.
Sin duda es difícil relacionarse con personas desconocidas o aprender un nuevo idioma; no obstante, es aconsejable que no vacaciones siempre en el mismo lugar y que, en general, busques variedad. “Si quieres mejorar tu capacidad para recordar nombres tienes que practicar, y lo mismo es válido para otras habilidades”, explica el presidente de la Asociación Mexicana de Neuropsicología. Existen actividades que ayudan a mantener la memoria en forma y que son muy disfrutables, como charlar con los amigos en un café, jugar una partida de ajedrez, leer un libro o escribir la propia biografía.
Así, por ejemplo, luego de leer el periódico trata de recapitular la información; habla con tus amistades de un libro que disfrutaste mucho; después de un concierto o una película, comparte con otros lo que viste, escuchaste, sentiste y entendiste. Cualquier actividad que te obligue a utilizar la mente contribuirá a preservar tu capacidad intelectual.
Recurre a juegos mentales
Muchas personas que han decidido agudizar su mente recurren al sistema Brain Jogging, derivado de una estrategia concebida por el psicólogo Siegfried Lehrl, presidente de la Sociedad para el Ejercicio Mental. Hace 20 años, el doctor Lehrl desarrolló ejercicios mentales básicos hoy conocidos como Entrenamiento de Activación Mental (MAT, por sus siglas en inglés), que son pequeñas tareas mentales que llevan al cerebro a un estado de alerta óptimo, explica Lehrl.
Luego de los ejercicios de calentamiento, el cerebro se encuentra en condiciones de responder a las demandas intelectuales cotidianas. “Estos ejercicios incrementan la atención a corto plazo y aceleran los procesos para asimilar información”, asegura Lehrl, quien puntualiza que la mejoría no se refleja directamente en la memoria, sino en la capacidad para procesar información, requisito indispensable para un buen desempeño de la memoria.
“La salud mental es como la salud física. Al igual que los músculos, el cerebro requiere desafíos constantes para mantenerse sano y en forma. Infinidad de personas confían ya en actividades como sudokus, crucigramas o el bridge para mejorar su salud cerebral.
Estas actividades pueden ayudar a tu cerebro a mantenerse en forma y, por supuesto, son mejores que no hacer nada, pero si repites el mismo tipo de actividades mentales todo el tiempo, éstas se vuelven rutinarias y ya no plantean un desafío para todos los atributos que son esenciales para una salud general del cerebro.
La auténtica clave para una salud cerebral óptima es ejercitar cada parte del cerebro, exponiéndola constantemente a actividades cognitivas nuevas y diferentes. Este nivel de entrenamiento requiere un programa de ejercicio cerebral más profundo y exhaustivo”, dice Carlos Rodríguez, director de mercadotecnia de Cognifit, un programa de entrenamiento que se personaliza para cada usuario y que se puede encontrar en la Red.
Encuentra más información sobre este tema en: Selecciones, agosto 2010, pág. 53
Cintia Neve/Foto: 123RF
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