Visitar las cuevas de Mendenhall, en Alaska, es sin duda una experiencia escalofriante.
Este espectacular mundo de hielo está situado justo debajo de un glaciar de cerca de 21 kilómetros de largo.
Y si bien miles de visitantes se acercan a verlo desde lejos, pocos llegan a sorprenderse desde su ángulo tal vez más curioso: su interior.
Pero necesitas estar en muy buena forma física, pues incluso los alpinistas fogueados tardan ¡hasta ocho horas en hacer el recorrido!
El aumento de la temperatura ha provocado el retroceso del glaciar, mientras el deshielo va tallando cuevas internas, creando un mundo “surrealista” de colores turquesa en constante cambio.
Para llegar a éstas cuevas de hielo dentro del glaciar, hay que emprender una travesía que requiere un tramo en kayak, caminata, escalada en hielo, y claro, el animarse a adentrarse en cavernas que en algún momento podrían desplomarse.
Y hay otro motivo para tener cuidado; en 2014, en una de las cavernas más visitadas ocurrió un derrumbe enorme.
Este video te muestra lo maravilloso es por dentro.
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