Mario Bros tiene razón, los hongos dan poderes… a tu cerebro
Un par de porciones de champiñones a la semana reduce hasta un 50 por ciento la posibilidad de desarrollar deterioro cognitivo leve.
Un par de porciones de champiñones a la semana reduce hasta un 50 por ciento la posibilidad de desarrollar deterioro cognitivo leve.
Se habla de deterioro cognitivo leve (antesala del Alzheimer) cuando los cambios en la cognición superan los cambios normales y esperados relacionados con la edad. Dificultad para encontrar palabras, pérdida de memoria, problema para seguir las conversaciones y desorientación en entornos familiares son algunos de los síntomas de esta enfermedad.
Un estudio realizado en Singapur entre 663 adultos de más 60 años de edad, demostró que el consumo de más de dos porciones estándar de hongos por semana puede reducir las probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve hasta en un 50 por ciento.
Otro estudio comprobó lo ya sabido: el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve es menor entre las personas que consumen una dieta mediterránea, la cual se caracteriza por una alta ingesta de verduras y grasas no saturadas.
La investigación ha revelado que una dieta que incluya una suplementación con una emulsión oleosa de ácido docosahexaenoico (DHA) —fosfolípidos que contienen melatonina y triptófano— produce mejoras significativas en la función cognitiva.
El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos explica que los tres principales ácidos grasos omega-3 son:
El ALA se encuentra principalmente en aceites vegetales como el aceite de linaza, de soya y de canola. Los DHA y EPA se encuentran en el pescado y otros mariscos.
Los ácidos grasos omega-3 son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en el organismo. Las concentraciones de DHA son especialmente altas en la retina (ojo), el cerebro y los espermatozoides.
El ALA es un ácido graso esencial, es decir, que el organismo no lo produce, así que debe obtenerse a través de alimentación y/o suplementación. El organismo puede convertir un poco de ALA en EPA y luego en DHA, pero solamente en cantidades muy pequeñas.
Por lo tanto, la única manera práctica de aumentar las concentraciones de estos ácidos grasos omega-3 en el organismo es obteniendo los EPA y DHA de los alimentos y de los suplementos dietéticos.