Más de la mitad de los principales lagos del mundo se están secando
La pérdida total de agua equivale a 22 gigatoneladas por año, comparable a secar el lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos, 17 veces.
Un estudio alarmante revela que el 53% de los lagos más grandes del planeta están perdiendo agua a un ritmo acelerado, poniendo en riesgo la seguridad hídrica de millones de personas. Y parte de esto es nuestra culpa.
En primer lugar, las causas principales de esta crisis son el cambio climático y el consumo humano insostenible. Por un lado, el aumento de las temperaturas intensifica la evaporación. Mientras que, por otro lado, la demanda desmedida de agua para la agricultura, la industria y el uso doméstico drena los recursos hídricos.
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El estudio, publicado en la revista Science, analizó datos satelitales de casi 2.000 lagos alrededor del mundo durante un período de tres décadas. Los resultados revelan que:
En efecto, más de la mitad (53%) de los lagos han experimentado una disminución en su volumen de agua. La pérdida total de agua equivale a 22 gigatoneladas por año. Lo cual es comparable a secar el lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos, 17 veces.
Además, el 25% de la población mundial vive en la cuenca de un lago que se está secando. Lo que significa que 2.000 millones de personas están afectadas.
“Más de la mitad de la pérdida neta de agua en los lagos naturales es atribuible a los impactos humanos directos e indirectos”, dijo Yao a Newsweek. Balaji Rajagopalan, coautor del estudio, apuntó que urge una gestión inteligente para frenar el problema. “Es difícil resucitar un lago que se está secando o que ya se secó… Esto es especialmente crítico en un mundo cada vez más cálido”, agregó.
Si bien la mayoría de los lagos del mundo se están secando, 24% de los estudiados experimentó aumentos significativos en el almacenamiento de agua. Muchos de ellos están en áreas despobladas: en el interior de la meseta tibetana y las grandes llanuras del norte de América del Norte. También en regiones con nuevos embalses, como las cuencas de los ríos Yangtze, Mekong y Nilo.
Esto ofrece un atisbo de esperanza y demuestra que la gestión sostenible de los recursos hídricos puede marcar la diferencia.
En cuanto a la situación en MéxicO, uno de los principales factores que contribuyen al secado de los lagos en México es el cambio climático.
Las variaciones en las precipitaciones, el aumento de temperaturas y la alteración de los patrones climáticos han impactado negativamente en la disponibilidad de agua para estos ecosistemas.
Además, la presión humana, como la extracción excesiva de agua para uso agrícola, industrial y doméstico, ha agravado esta situación. Se estima que el 71% del agua en México se utiliza para la agricultura. El 16% para uso residencial y urbano y el 13% para la industria, según Conagua.
Lagos como el de Zumpango, la presa de Valle de Bravo y Cuitzeo en Michoacán, están a punto de desaparecer para siempre por la falta de gestión del recurso hídrico. A estos lagos se suma el de Chapala, el más grande de México y que actualmente se encuentra en un estado crítico. El impacto ambiental es tan serio que llega a afectar a la biodiversidad que habita en esos lugares.
En primer lugar, reducir nuestro consumo de agua. Adoptar hábitos más eficientes en el uso doméstico, agrícola e industrial es crucial para aliviar la presión sobre los lagos.
Además, implementar políticas públicas. Los gobiernos deben establecer regulaciones que promuevan la conservación del agua y la gestión responsable de los recursos hídricos.
Igualmente, invertir en tecnologías innovadoras: Desarrollar soluciones tecnológicas que optimicen el uso del agua y minimicen el desperdicio.
Por último, aumentar la conciencia. Educar a la población sobre la importancia de la conservación del agua. Fomentar un cambio cultural hacia un uso responsable.