Más vida para tu pez

Algunos tips que te ayudarán para conservar a tus peces por mucho tiempo.

Es un ritual para muchas familias: llevan a su hijo menor a un acuario, lo hacen elegir y salen de allí con un pececillo dorado de aspecto enfermizo en una bolsa de plástico. El chico anuncia que Nemo es su nuevo mejor amigo, pero al cabo de unos días lo encuentra flotando de lado en la pecera, lo que lo deja devastado. Por fortuna, es posible evitar que muera esa criatura dorada. Por cierto, ¿sabías que este tipo de peces pueden vivir más de 20 años? Tu hijo podría haber salido de la universidad y su pez ¡seguir nadando! 

 

Conduce con cuidado

En el trayecto a casa, trata de evitar los topes y frenar bruscamente. Las vibraciones pueden colapsar el sistema inmunitario del pez y causarle una enfermedad.

 

El factor H₂0

El agua clorada, la embotellada, la destilada, la muy ácida y la muy alcalina pueden matar al pez. Compra una solución que elimine el cloro; añade minerales o nutrientes al agua, mide su acidez y mantenla a 21 °C. Necesitarás un sistema filtrante para eliminar los desechos, ya que el amoniaco que contienen es tóxico para los peces.

 

Elige la pecera adecuada

Compra un acuario de plástico de 8 a 20 litros de capacidad, provisto de filtro, bomba de aire y removedor de cloro.

 

Libera al pez despacio

Ponlo en el acuario dentro de la bolsa, y retira ésta poco a poco para reducir el estrés.

 

Coloca la tapa

Evita que el pez cometa un suicidio: ¡cubre el tanque! 

 

Permite que le llegue luz

Los peces dorados necesitan la luz solar directa para no perder su coloración.

 

Aliméntalo todos los días

Como no ladra ni maúlla, es fácil olvidar darle de comer aunque esté hambriento. Pero recuerda que el pez necesita su alimento a diario. Si quieres consentirlo, dale de vez en cuando gusanos liofilizados, corazón de res, camarón en salmuera o algas.

 

Cambia el agua una vez a la semana

Necesitas cambiar sólo el 10% del agua, y no hace falta sacar al pez.

 

Mantén limpio el hogar del pez

Cambia el filtro y limpia la grava con regularidad. Si el filtro es eléctrico, reemplaza el contenedor cada dos o tres meses, y limpia las paredes del tanque con bicarbonato de sodio —nunca uses jabón-— cada dos semanas. Mientras limpias, pon al pez en una pecera aparte.