La enorme porción del cerebro llamada “lóbulo frontal” es el centro de comando de este órgano. Controla la toma de decisiones, la planificación, la organización y la resolución de problemas.
También crea la personalidad, agudiza la atención y nos mantiene enfocados en metas. Permite que existan las sociedades civilizadas, ya que les pone freno a algunos de nuestros instintos más bajo
El efecto cavernícola. El daño en el lóbulo frontal puede derivar en emociones desenfrenadamente fluctuantes y en dificultad para realizar tareas sencillas.
Piensa en esto: el solo hecho de preparar una taza de té requiere varios pasos individuales, que incluyen encontrar el té, prender la estufa, esperar que el agua hierva, apagar la estufa y otros. Sin la capacidad para planificar, esto sería imposible de lograr.
La parte del lóbulo frontal más cercana a la frente es la corteza prefrontal, área fundamental para mantener los recuerdos de corto plazo (o memoria de trabajo).
Piensa en esto como un sistema de archivos temporarios que mantiene los datos por segundos; por ejemplo, un número de teléfono que está a punto de marcar.
Los pensamientos y las ideas residen allí por un breve tiempo, salvo que hagas el esfuerzo de convertir la memoria de corto plazo en memoria de largo plazo.
En la parte posterior de la corteza prefrontal, está la principal corteza motora, que controla los movimientos. Los científicos que se ocupan del cerebro ahora pueden identificar los lugares en la corteza motora asociados con distintos patrones de movimiento, como los movimientos de las manos de los músicos.para
Es posible incluso identificar cuál es el instrumento que toca el músico con solo observar los cambios en esta parte del cerebro.
El lóbulo parietal es responsable de las sensaciones físicas. Una porción desproporcionada está dedicada a algunas de las más pequeñas —pero más sensibles— partes del cuerpo (la lengua, las manos, la cara y los genitales).
También cumple un papel en el reconocimiento espacial, el lenguaje y la capacidad de enfocar la atención.
La mitad de la historia. El daño en el lóbulo parietal puede causar distorsiones en la percepción del espacio y de los objetos.
Si el daño es en el lado izquierdo, la persona puede ser inconsciente de lo que ocurre en el lado derecho de su campo visual, esto incluye el lado derecho de una pantalla de computadora, el lado derecho de un rostro o su propia pierna derecha.
El lóbulo temporal se conecta directamente con los oídos y procesa e interpreta sonidos. También cumple una función en la memoria, en especial para las palabras, frases, ideas, y los nombres de personas u objetos.
Cuando se olvide del nombre de alguien, culpe al lóbulo temporal de haberse quedado dormido en lugar de hacer su trabajo.
Memoria parcial. Si el lóbulo temporal se daña, una persona es incapaz de aprender hechos nuevos o recordar eventos. La vida parece nueva todo el tiempo porque no se pueden formar nuevos recuerdos; todos los días se empieza de cero.
Una persona con este daño podría leer el mismo periódico una y otra vez sin aburrirse.
El cerebelo (“cerebro pequeño”) es una masa arrugada que parece haber sido agregada al cerebro. No deje que su pequeño tamaño lo engañe: contiene la mitad de las neuronas del cerebro.
Mientras que la corteza motora en el cerebro es el área que envía mensajes a los músculos para que estos se muevan (“¡Ponga su pie derecho adelante!”).
El cerebelo actúa como un director, ya que coordina todos los movimientos que le permiten nadar un largo en la piscina, tejer un suéter o incluso caminar por la calle y no caerse.
Borracho pero sobrio. El daño en el cerebelo puede causar mareos, dificultad de dicción, náuseas y movimientos descoordinados. A menudo, a la gente que sufre un daño en el cerebelo se la confunde con alguien que está borracho.
El lóbulo occipital controla la visión. Hace que los ojos enfoquen, interpreta el significado de las formas y colores que vemos, y graba la memoria visual de corto plazo.
La importancia de nuestro cerebro es vital, es quién dirige las funciones de nuestro sistema nervioso, quien crea y dictamina los pensamientos, el habla, todo. Y estas son las siete cosas clave que realiza nuestra “materia gris” para fundamentar lo que somos.
Tomado del libro: “Cómo entrenar tu mente”, Selecciones México
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