¿Medición de la deriva continental?
Medición de la deriva continental Una vez que se aceptó la teoría de la deriva continental, en la década de 1960, los científicos se preguntaron a qué velocidad se desplazan las placas que llevan...
Medición de la deriva continental
Una vez que se aceptó la teoría de la deriva continental, en la década de 1960, los científicos se preguntaron a qué velocidad se desplazan las placas que llevan sobre sí a los continentes.
En cierto sentido los cálculos son sencillos. Si conocemos la anchura del Atlántico y el tiempo que ha necesitado para formarse, es fácil calcular la velocidad con que lo ha hecho. Europa y América se han separado a razón de 19 kilómetros cada millón de años. Esto da un promedio de 1.9 centímetros por año. Pero, ¿a qué velocidad se mueven hoy los continentes?
Antes de 1980 era imposible medir estos movimientos imperceptibles. Pero en los últimos años se ha elaborado una avanzada técnica basada en cuerpos situados a millones de años luz de la Tierra. Parece que estos objetos, los cuásares (o fuentes cuasiestelares de radio), son como estrellas, pero irradian más energía que las galaxias. Y están tan alejados que se les puede considerar puntos fijos.
Por lo tanto, los cuásares pueden usarse para hacer cálculos trigonométricos. Para ello se emplean radiotelescopios de distintos continentes, dos (o más) de los cuales toman un punto fijo en un cuasar y registran sus señales en cinta magnética.
Los telescopios reciben la misma señal, pero no la registran del mismo modo debido a la distancia que hay entre ellos. Cuando se comparan las señales registradas, puede medirse la distancia entre los telescopios. Las comparaciones posteriores permiten detectar cualquier leve cambio en la posición de los telescopios con respecto al cuasar. El método de triangulación es muy preciso.
Otro método de verificación con alto grado de exactitud es la alineación con rayo láser. Desde observatorios situados en distintos continentes se dirige un rayo láser al mismo satélite, reflector. Los rayos reflejados pueden usarse entonces para calcular por triangulación la distancia entre los observatorios. Al repetir el proceso a intervalos se revela el movimiento relativo de las masas terrestres donde están los observatorios.
Cómo se calcula la edad del planeta
La Creación, según el arzobispo irlandés James Ussher, tuvo lugar a las 8:00 p.m. del 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo. El clérigo hizo ese cálculo a mediados del siglo XVII, después de estudiar la edad de los patriarcas del Antiguo Testamento y otros detalles bíblicos.
Su teoría fue objetada en 1785, cuando el naturalista escocés James Hutton declaró que la formación de las montañas y la erosión de los lechos de los ríos debió de haber tardado millones de años, no miles.
Pero sólo en 1896, cuando el físico francés Antoine Henri Becquerel descubrió la radiactividad, se pudo tener una idea exacta de la edad de la Tierra.
Se cree que la corteza terrestre se solidificó hace unos 4,700 millones de años. Este cálculo ha sido posible gracias al estudio del ritmo de desintegración de diversos minerales radiactivos.
Cuando se forman las rocas por enfriamiento y solidificación de la lava volcánica, en su interior quedan elementos radiactivos que se desintegran a un ritmo preciso, conocido como “vida media”: el tiempo requerido para que se agote la mitad de la radiactividad.
El estudio ha determinado la vida media de diversos elementos. Al medir cualquier elemento radiactivo en una muestra de roca, la desintegración puede usarse como un reloj que empezara a funcionar al formarse la roca.
Lo realmente importante no es la cantidad del elemento radiactivo que queda, sino más bien la proporción entre la cantidad de material radiactivo y la sustancia dentro de la cual cambia. Cuanto más antigua sea la roca, menor será el material radiactivo que contenga y mayor la proporción de los productos de su degradación.
En el estudio de la edad de las rocas comúnmente se usa la desintegración del elemento radiactivo potasio 40, que tiene una vida media de 11,900 millones de años. También se usa la transformación del uranio (vida media de 4,500 millones de años) en plomo. En el caso de la Tierra, aproximadamente la mitad de su uranio original se ha desintegrado y convertido en plomo, así que la edad del planeta es aproximadamente la vida media del uranio.
Cómo son y cómo funcionan casi todas las cosas