Nunca respondas a solicitudes de información personal en línea (o por teléfono), y tampoco proporciones números de cuenta bancarios o contraseñas.
Ten mucho cuidado con las imitaciones de bancos, compañías emisoras de tarjetas, organizaciones benéficas y dependencias de gobierno; algunas de ellas son muy convincentes y podrías caer en la trampa. Utiliza las fuentes legítimas de información de contacto para verificar peticiones de información, como la página web oficial de tu institución financiera o el número telefónico especificado en tu estado de cuenta.
No divulgues tu fecha de nacimiento, tu número telefónico, el nombre de tu mascota ni cualquier otro dato privado o de identidad personal en redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter.
Instala programas antivirus en tu computadora y mantenla actualizada. Utiliza la versión más reciente del navegador que prefieres. Instala parches de seguridad y actualizaciones de software tan pronto como estén listos para ser instalados.
Usa contraseñas originales y difíciles de deducir. No entres a sitios web seguros utilizando una red Wi-Fi pública.
Todo concurso o sorteo que solicite un pago o datos privados para darte un premio muy probablemente es falso. Verifica siempre que sea legítimo.
Pregunta por la información de contacto del remitente y detalles sobre la empresa que organiza el concurso o sorteo. En cuanto empieces a hacer preguntas y dejes en claro que no te dejarás presionar para tomar una decisión inmediata, la mayoría de los defraudadores desistirán.
Regístrate para recibir tus estados de cuenta electrónicos, utiliza depósitos directos y haz los pagos de servicios en línea (para evitar que se roben tu correspondencia).
Realiza una verificación exhaustiva de información sobre la empresa que ofrece el trabajo, haciendo para ello todas las llamadas telefónicas y las búsquedas por Internet que sean necesarias.
Si tienes dudas, acude a las autoridades y pide su opinión. Todo ofrecimiento de ganar dinero por reenviar productos sin duda es falso. Por desgracia, algunas empresas fraudulentas no sólo reclutan personas para defraudar a otras, sino que también las hacen víctimas de robo de identidad.
Revisa las garantías del banco en cuanto a protección contra fraudes: muchos proveedores de servicios financieros ahora ofrecen protección para tarjetas de crédito y débito, y otros ofrecen garantías para las transacciones en línea.
Haz una revisión semanal de los movimientos de todas tus cuentas y tarjetas bancarias. Regístrate para recibir alertas en tu teléfono celular o en tu buzón electrónico. Monitorea tu información crediticia en línea para saber si hay transacciones no autorizadas por ti.
Puedes solicitar un reporte gratuito anual a tu buró de crédito. Los servicios financieros que tienen un costo ofrecen un seguimiento más completo de las operaciones crediticias, los registros de identidad personal y las transacciones en línea.
¿Con qué frecuencia usas Internet para hacer pagos y transferencias? ¿Has sufrido algún fraude o problemas al hacerlo de esta forma?
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