Medidas sencillas para combatir la impotencia
Como la mayoría de los hombres sabe, numerosos factores físicos y mentales influyen en la habilidad de lograr una erección.
Como la mayoría de los hombres sabe, numerosos factores físicos y mentales influyen en la habilidad de lograr una erección. Una vez que se ha descartado un problema más serio, quizá desees afrontar la disfunción eréctil desde otros puntos de vista. Por ello, empieza a practicar más ejercicio y, al mismo tiempo, reflexiona sobre los factores mentales que pueden estar afectándote (incluyendo el aburrimiento o la ansiedad en la cama).
También hay hierbas y suplementos reconocido, capaces de convertirse en la clave para un mejor ‘despertar’.
La erección es el resultado final de una compleja cadena de eventos. El cerebro envía señales a los genitales, los vasos sanguíneos se dilatan y el pene crece. Mientras, se bloquean las venas que normalmente expulsan la sangre. Cuando un hombre no puede obtener o mantener una erección, sufre de la llamada impotencia o disfunción eréctil (DE). Entre las causas más comunes destacan la diabetes, el bloqueo de arterias y los problemas nerviosos.
Otros factores son el alcoholismo, la depresión y la ansiedad; de hecho, cerca de 30 por ciento de los casos se debe a razones sicológicas. Algunas medicinas también son culpables, en especial aquellas empleadas en la depresión y la hipertensión.
Normalmente, los hombres sanos tienen varias erecciones durante la noche. Los doctores cuentan con varios métodos para medir esto, pero también tú puedes hacerlo.
Antes de dormir toma un pañuelo desechable y enróllalo un poco apretado alrededor del pene. Asegúralo con cinta adhesiva. Si en la mañana el pañuelo está roto, seguramente tuviste una erección nocturna. Son buenas noticas: quizá no tengas un problema físico importante que resolver pero, en vez de eso, sí conflictos sicológicos con los cuales lidiar.
Toma ginkgo biloba, puede mejorar la circulación en los vasos sanguíneos, incluyendo los del pene. En un estudio, la hierba ayudó a los hombres a tener erecciones, incluso cuando un medicamento no inyectado no funcionó.
Usa suplementos con extracto de ginkgo biloba, o EGB, la forma concentrada de la hierba. Toma hasta 240 mg al día en dos o tres dosis. Notarás la diferencia en cuatro o seis semanas.
Prueba el ginseng tipo panax, también llamado coreano, asiático o chino. Se ha usado desde antaño como impulsor de la virilidad, pues mejora el flujo sanguíneo hacia el pene e incrementa la energía. Toma entre 100 y 250 mg dos veces al día.
Empieza con la dosis más baja y auméntala gradualmente. Alerta: No lo uses si tienes hipertensión, excepto bajo supervisión médica, si tus latidos son irregulares, o si estás tomando antidepresivos MAOI como el Nardil.
Compra suplementos de cinc y toma entre 15 y 30 mg al día. Este mineral mejora la producción de varias hormonas incluyendo la masculina, la testosterona. Toma el cinc una o dos horas después de comer.
Toma vitamina C. Ayuda a los vasos sanguíneos a mantenerse flexibles, permitiéndoles dilatarse cuando se necesita más sangre. Consume 500 mg dos veces al día. Reduce la dosis si te da diarrea.
Los ácidos grasos omega-3, provenientes de los aceites de pescado o del aceite de linaza, también mejoran la circulación. A largo plazo pueden reducir el colesterol y prevenir la contracción de los vasos sanguíneos. Toma diariamente dos cucharaditas de aceite de pescado o una cucharada sopera de aceite de linaza.
Toma tres veces al día un suplemento con 1000 mg de aceite de prímula u onagra. El aceite contiene ácidos grasos esenciales que promueven la buena salud de los vasos sanguíneos haciendo más flexibles las arterias y ayudando a los vasos a dilatarse. La mejor forma es la L-arginina. Toma dos veces al día un par de cápsulas de 750 mg entre las comidas.
El ejercicio ayuda mucho a reducir el exceso de peso, estimula la circulación (incluso en los vasos que mantienen en funcionamiento el pene), incrementa la energía y reduce los niveles de estrés. Practica 30 minutos de ejercicios aeróbicos —caminar, trotar, nadar o jugar tenis— cuatro veces por semana.
Si eres ciclista, ten cuidado. Demasiado ciclismo, o sobre un asiento incorrecto, puede dañar los delicados vasos y nervios de las áreas sobre las que se apoya. Asegúrate de usar un asiento acanalado en el centro. También verifica que tus rodillas se mantengan flexionadas mientras los pies llegan a la parte más baja de la rueda; esto pone más peso en las piernas y no entre ellas.
Ponte de pie por lo menos cada 10 minutos para dejar circular la sangre en el área genital. También nivela los pedales y levántate cuando pases por baches para reducir los golpes en tu entrepierna.
Si consumes cualquier tipo de tabaco, déjalo ya. La nicotina daña los vasos sanguíneos y, por ende, perjudica la circulación. Eso implica menos sangre para el pene.
Fumar marihuana también tiene un efecto perjudicial en el desempeño corporal, al igual que otras drogas como la cocaína y las anfetaminas.
Si tu problema de erección se debe más al estrés cotidiano y a las emociones que a un desorden físico, hay infinidad de modos de volver a la acción. Por ejemplo, disfruta el juego erótico sin penetración. Esto libera la presión, eliminando la ansiedad por el desempeño. Solo métanse en la cama y abrácense, dense un masaje o imaginen cosas divertidas que hacer sin necesidad de necesitar una erección.
Fomenta la variedad. La misma rutina aburrida puede afectar tu capacidad de erección. Prueban nuevas posiciones o hagan el amor en sitios distintos.
Haz el amor por la mañana. Seguramente tendrás más chispa, pues en ese momento del día tu nivel de testosterona está en la cúspide. Además, no estarás tan agotado y fastidiado como al final de una jornada pesada.
El alcohol relaja y enciende la llama del deseo, pero reduce tu desempeño sexual. Limita tu consumo a dos tragos diarios o menos.
Saber si tu disfunción eréctil se origina en la mente o en el cuerpo te ayudará a resolver el problema. El desorden es psicológico si aún tienes erecciones ocasionales: por ejemplo, al despertar por la mañana. Pero muy probablemente será un trastorno físico si el problema se desarrolló gradualmente y tuviste otros malestares en el área genital, como dificultad para orinar o entumecimiento del pene.
Extracto del libro ‘1001 remedios caseros. Tratamientos confiables para problemas de salud cotidianos’ editado por Selecciones Reader’s Digest.