El estrés se ha convertido en un compañero indeseado en la vida moderna. Sin embargo, existe un camino hacia la tranquilidad: la meditación. Esta práctica ancestral ofrece un espacio de paz y bienestar que te permite reconectar contigo mismo y reducir significativamente el estrés.
Probablemente la meditación no es lo que piensas. A nivel básico, no tiene nada que ver con temas esotéricos o ajenos a la vida diaria. Los beneficios están probados: la meditación ayuda a reducir el dolor, así como a disminuir los efectos del estrés, la ansiedad y la depresión. Así que, quizá es hora de probar técnicas de meditación para lograr una vida sin estrés.
Según Sharon Salzberg, quien ha estado promoviendo las prácticas de meditación desde la década de 1970, el objetivo es cultivar la capacidad de concentración, la conciencia plena y la compasión. Esto nos ayuda a estabilizar, refinar y expandir nuestras capacidades de atención.
Otro beneficio es que la meditación mejora la memoria y el aprendizaje. Los estudios han demostrado que las personas que practican la meditación suelen ser más serenas y felices que aquellas que no lo hacen. Además, también experimentan mejoras en la calidad del sueño.
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Ponte ropa cómoda, nada que te apriete o que te moleste. Si estás en una silla, pon los pies en el piso. Si estás en el suelo, asegúrate de adoptar una posición que puedes mantener cómodamente. Descansa las manos en tu regazo. Relaja los hombros y levanta el pecho. Cierra los ojos o déjalos abiertos.
La instructora de meditación de Nueva York Nancy O’Hara aconseja a sus estudiantes: “Solo espiren. No esperen nada más”. Después de una o dos respiraciones, tu mente se irá en 10 direcciones diferentes: el memo que tienes que escribir, el apio que tienes que comprar en el supermercado. Pero no te frustres. Según Salzberg, esa es la clave de la meditación: reconoce que te desconcentraste, y luego “deja ir lo que te distrajo y vuelve a empezar”.
Inhala, exhala, y procura tomar el mismo tiempo para las dos acciones. Trata de centrar tu conciencia únicamente en tu respiración. Repetir una frase o una palabra puede ayudarte a no perder el foco. Puedes decir un verso que te encante, o incluso solo Inhalo, exhalo. Al establecer un ritmo, te haces más consciente del momento, y tu cuerpo empieza a entrar en un estado de calma.
Algunos maestros dicen que se debe meditar a la misma hora y durante el mismo tiempo y en el mismo lugar cada día. Si eso te resulta fácil, es maravilloso; pero si va a estresarte más, no hace falta que las cosas sean tan estructuradas. Si solo tienes un minuto al día y ni siquiera sabes cuándo va a ser, tómalo. Si son cinco, mucho mejor.
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