¿Por qué no prevenir y evitar problemas futuros con tu salud?
Los medicamentos pueden salvar vidas, pero casi todas las medicinas, incluso las que parecen benignas, pueden producir efectos indeseables a la salud.
Cuando Benjamín Franklin dijo “Una onza de prevención vale una libra de curación”, advertía a las personas que debían proteger su patrimonio de los incendios. Pero si tu salud arde en llamas, las palabras de Franklin pueden ser proféticas.
Cuando te enfermas, quedas en manos del sistema de atención de salud, que salva vidas, pero también hace que el estado de salud de muchas personas empeore, por no mencionar tu situación económica.
Piensa en los efectos secundarios causados por tomar medicamentos recetados y los peligros asociados con la hospitalización, sin contar los gastos y problemas que esto ocasiona.
En los Estados Unidos, el 44% de la población toma al menos un medicamento recetado para su salud. Una persona de cada seis toma tres medicinas o más. Es cierto que los medicamentos pueden salvar vidas.
Algunos, como la aspirina y las estatinas para disminuir el colesterol, pueden ser parte de tu plan de prevención de enfermedades. Pero casi todas las medicinas, incluso las que parecen benignas, pueden producir efectos secundarios indeseables.
Un ejemplo son los medicamentos para la presión arterial elevada, que afecta a cerca de mil millones de personas en todo el mundo. Sólo cerca de un tercio de los pacientes que reciben medicamentos recetados para esta afección logra disminuir su presión arterial a un nivel seguro.
Algunos no pueden pagarlas, pero otros no toleran los efectos secundarios a su salud, entre los que se incluyen tos seca, hinchazón en las extremidades, disfunción eréctil, dolores de cabeza, mareos, fatiga, náuseas, vómitos y otros.
Un estudio descubrió que casi el 70% de los pacientes a quienes les recetaron pastillas para la presión arterial llamadas bloqueadores de los canales de calcio presentaron efectos secundarios desagradables.
A veces las medicinas que tomamos para mejorar nuestra salud ni siquiera funcionan. Un estudio de 2008 descubrió muy pocas evidencias científicas de que los antidepresivos de uso masivo, como la fluoxetina (Prozac) y la paroxetina (Paxil) ofrecieran algún beneficio a los pacientes con depresión moderada.
Otro estudio reciente demostró que un medicamento muy usado para disminuir el colesterol, el ezetimibe (Zetia), no mantiene las arterias libres de las placas que causan problemas cardíacos.
No obstante, el ejercicio, una vida personal feliz y una dieta saludable pueden ayudar a prevenir tanto la depresión como el colesterol elevado.
Naturalmente, los medicamentos también pueden causar el efecto secundario más grave. Los datos más recientes de la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos (FDA) demuestran que la cantidad de personas que murieron debido a los efectos adversos de tratamientos farmacológicos se incrementó 2.7 veces entre los años de 1998 y 2005.
Tal vez hayas escuchado el chiste que dice que un hospital no es lugar para un enfermo. Esto no es broma. Todos hemos oído historias de médicos que se equivocaron y amputaron la extremidad incorrecta, pero las muertes causadas por errores de médicos, enfermeras y otros miembros del personal de salud son mucho más comunes.
Según se estima, los errores médicos son la tercera causa de muerte en los Estados Unidos. Casi 800,000 pacientes hospitalizados sufren lesiones o la muerte todos los años debido a reacciones desfavorables a los medicamentos.
Entre el 5 y el 10% de los pacientes hospitalizados se contagia de una o más infecciones durante su estancia, y el riesgo de sufrir infecciones hospitalarias aumenta a diario.
Las infecciones simples de las vías urinarias son las más comunes, pero hay cada vez más infecciones de “superbacterias” como el SARM (Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina), la infección por estafilococos inmune a los antibióticos estándar. Pueden causar neumonía y otras infecciones que ponen en peligro nuestra salud y la vida.
Esta información debería ser suficiente para que cualquier persona abandonara los pastelitos y eligiera un tazón de cereal de salvado, trotara 10 minutos más y tomara otros pasos para evitar el sistema de atención de salud en la actualidad, y, por supuesto, para evitar un evento verdaderamente traumático como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.