Mejora tu equilibrio: El poder de caminar
Caminar es más que un ejercicio; es una forma efectiva de mejorar tu equilibrio y estabilidad. Descubre cómo empezar hoy mismo.
El equilibrio es una de esas habilidades que a menudo damos por sentado, hasta que sentimos que empieza a desvanecerse. A medida que alcanzamos los 50 y 60 años, muchos comenzamos a notar que nuestro cuerpo se vuelve menos estable. Factores como la pérdida de masa muscular, la falta de flexibilidad, reflejos más lentos y cambios en la vista pueden impactar nuestra capacidad de mantener el equilibrio. Además, ciertas condiciones médicas y medicamentos pueden agravar esta situación.
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La inestabilidad puede llevar a caídas, que son una de las principales causas de lesiones en adultos mayores. Fracturas de cadera, en particular, pueden resultar en complicaciones graves y amenazar nuestra independencia. Por eso, es fundamental trabajar en mejorar nuestro equilibrio y movilidad.
La buena noticia es que mejorar tu equilibrio no tiene que ser complicado. Caminar es un ejercicio seguro y accesible para la mayoría de las personas. Este simple acto no solo fortalece la parte inferior del cuerpo, fundamental para un buen equilibrio, sino que también contribuye a tus objetivos de actividad aeróbica.
Para comenzar a caminar de manera efectiva, es crucial diseñar un plan que aumente tu actividad física de forma segura. Recuerda que los minutos cuentan más que los kilómetros. Si no tienes la costumbre de hacer ejercicio, comienza despacio. Utiliza un bastón o andador si lo necesitas y, a medida que te sientas más fuerte, incrementa gradualmente el tiempo de tus caminatas.
El equilibrio es una capacidad fundamental que te ayudará a mantener la conciencia del cuerpo. Es decir, la propiocepción. Es por ello que nos ayuda a relacionarnos con el entorno y a dominar situaciones cotidianas, lo que previene lesiones.
Además, el equilibrio está íntimamente relacionado con la coordinación. De hecho, el entrenamiento del equilibrio requiere que todo el cuerpo trabaje en conjunto. De este modo, la mejora de la coordinación durante los ejercicios de equilibrio tendrá un reflejo directo en la vida cotidiana.
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También es importante destacar que el equilibrio está relacionado con la estabilidad de las articulaciones. El entrenamiento promueve la estabilidad de las rodillas, los tobillos, las caderas y los hombros.
Si ya eres activo, adapta tu plan de caminatas a tu rutina actual y aumenta la duración, distancia o añade cuestas si te resulta fácil. Intenta caminar al menos 150 minutos a la semana, pero si puedes, ¡no dudes en añadir más!
Si tienes problemas de salud que dificultan caminar, consulta a un fisiatra o fisioterapeuta para explorar otras opciones.
Con información de Harvard Health Publishing