Tener relaciones sexuales de forma regular ayuda a mantener el impulso sexual a toda marcha, incrementa las hormonas que aumentan la libido.
Tener sexo con regularidad incrementa tu inmunidad contra los virus, reduce el estrés y libera sustancias químicas. Estas sustancias ayudan a mejorar tu estado de ánimo y a aliviar el dolor. Entonces, si tu vida sexual no es lo que fue alguna vez, darle un renovado ímpetu aportará beneficios a tu salud, y así tendrás más momentos placenteros.
Tener relaciones sexuales de forma regular ayuda a mantener el impulso sexual a toda marcha, pues incrementa la producción de testosterona, la hormona responsable de la libido tanto en hombres como en mujeres.
La sensación de la seda y de otros tejidos suaves contra tu piel ayudará a estimular las terminaciones nerviosas sensibles y a ponerte en la disposición de ánimo adecuada para el sexo.
Esta salsa contiene piñones, una gran fuente de arginina, conocido precursor del óxido nítrico, un ingrediente importante en los tratamientos para la disfunción eréctil.
La arginina también ayuda a abrir los vasos, lo que mejora el flujo sanguíneo.
Cada vez que pases cerca de tu pareja, tócala o bésala. No permitas que estos momentos vayan más allá de un beso o un abrazo.
El simple hecho de tener más contacto físico con tu pareja contribuirá a generar deseo y por consiguiente la tensión sexual.
Espolvorea una cucharada de germen de trigo en cada porción de yogur o cereal que comas. El germen de trigo tiene un alto contenido de cinc, importante para la producción de testosterona.
También puedes obtener tu porción de este nutriente si comes carne de res, huevo y mariscos, especialmente ostiones.
Los dos pueden jugar a actuar los papeles de la cautivadora heroína y de su apuesto y peligroso amante.
Abre los ojos cuando beses y mientras tienes relaciones sexuales. El hecho de mantener contacto visual con tu pareja en estos momentos le envía un maravilloso mensaje de conexión, confianza y honestidad.
Si ver a tu parejas sin camisa hace que te tiemblen las piernas, díselo. El simple hecho de expresar en palabras la manera en que las cosas cotidianas te hacen sentir añadirá profundidad a la intimidad que existe entre los dos.
Ajusta el temporizador a 15 minutos, y háblale sobre cualquier cosa que no sean los niños, problemas de dinero o asuntos de trabajo.
Cuéntale el sueño que tuviste la noche anterior, sobre un artículo que hayas leído, las esperanzas que tengas para el futuro. Al terminar el tiempo, le toca el turno a tu pareja.
¿Qué tal despertar a tu pareja con una humeante taza de café en vez de con la alarma del reloj cada mañana? ¿Qué tal tener listo un baño caliente en la noche? ¿Qué dices de salir a cenar fuera cada martes, o de masajearle los pies mientras ven una película en casa?
La clave es la constancia: estas no son actividades que haces una sola vez, sino que puedes realizar con frecuencia.
Recibir un masaje profesional puede hacerte sentir de lo mejor. Otras alternativas son un pedicure o un facial, cualquier tratamiento que te haga sentir bien contigo mismo.
Si le das cuidados a tu propio cuerpo, es más probable que disfrutes de él. Otra buena forma de ver por ti es hacer ejercicio con regularidad.
Mientras estés en tu retiro solitario de un par de días, haz una lista de todo lo que te gusta de tu pareja. Cierra los ojos e imagínalos a ambos haciendo el amor. Llámale y tengan una conversación erótica por teléfono.
Para cuando regreses a casa, ambos estarán deseándose mutuamente.
Pasa una hora tocando cada parte del cuerpo de tu pareja, sin emplear las manos; para ello, usa otras partes de tu cuerpo. Y a la inversa, acaríciense mutuamente tocando con las manos cada parte del cuerpo, con excepción de las zonas genitales.
Dile a tu pareja cada día dos cosas que te fascinen de él o de ella. El amor, el afecto y el respeto mutuo forjan las bases de una vida sexual intensa.
Dar una caminata larga por el campo, salir a pasear por una playa, remar en canoa… ustedes eligen qué les llama la atención. Este tipo de actividades genera una sensación de bienestar y vitalidad física que fácilmente se traduce en intimidad.
Tomado de Guía de Bienestar
¿Lo Sabías?
