Melasma, el terror de las embarazadas
El melasma es una enfermedad que aparece en forma de grandes manchas oscuras, no produce ninguna molestia, pero impacta negativamente a quienes la padecen.
En un año se registran en México más de dos millones de embarazos, un estado que viene acompañado de importantes cambios, sobre todo dermatológicos, pues el embarazo es un estado hormonal excepcional.
Una de las partes que más transformaciones presenta en este periodo es la piel, el órgano más grande del cuerpo, así que es de suma importancia que el médico general, el obstetra o el dermatólogo expliquen a las embarazadas qué cambios son normales y cuáles son de motivo de alarma.
Aunque el melasma —una hiperpigmentación que aparece en forma de grandes manchas oscuras en cara y cuerpo— es una enfermedad que no produce ninguna molestia, impacta negativamente en quienes la padecen, pues afecta la autoestima y las relaciones interpersonales o de trabajo, pues el rostro —donde más se presenta— es nuestra carta de presentación. En algunos casos este padecimiento propicia depresión.
Se sabe que este problema afecta hasta el 90 por ciento de las embarazadas, razón por la que se le conoce como ‘la máscara del embarazo’.
Si bien puede presentarse en todas las etnias, las personas con pieles más oscuras son más propensas. “El melasma o paño es común en la piel mexicana, que corresponde a los fototipos 3 y 4 o pieles morenas” explica la doctora Gladys León Dorantes, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
Es un padecimiento multifactorial. Se le relaciona, en primer lugar, con el embarazo, luego con la exposición solar excesiva, los factores genéticos, el fototipo, el uso de anticonceptivos o mujeres con reemplazo hormonal postmenopausia.
“El melasma también puede aparecer por el uso de ciertos cosméticos, sobre todo los que tienen grandes cantidades de fragancias, así como por la ingesta de algunos fármacos para la hipertensión, diuréticos e, incluso, ciertos antibióticos” precisa la especialista.
Aunque las manchas no desaparecerán por completo sí pueden aclararse (o evitar que se extiendan) con productos tópicos despigmentantes, exfoliaciones o peelings así como tratamientos con luz pulsada o láser. “Cualquier tratamiento debe ser indicado por un dermatólogo, pues es un problema complejo y depende de los factores predisponentes. Acudir con personas inexpertas puede empeorar el padecimiento”.
Una parte muy importante del tratamiento recae en la fotoprotección. La experta recomienda la aplicación de bloqueadores solares con un Factor de Protección Solar de 30 o más, así como evitar permanecer en lugares calientes por tiempo prolongado. “La cultura de la fotoprotección va más allá del bloqueador, también se extiende al uso de accesorios como sombreros, sombrillas y ropa adecuada”.
Tampoco se recomienda la automedicación, pues no existen cremas milagrosas. “Tallarse la piel es inadecuado, pues la pigmentación aumenta” finaliza Gladys León Dorantes.
Como el embarazo es el periodo ideal para la aparición de este problema cutáneo, la experta recomienda a las futuras madres redoblar la fotoprotección. “Usen bloqueadores solares con un Factor de Protección Solar mayor a 50+, productos humectantes, tratamiento faciales de limpieza así como de hidratación.
Quienes ya tienen melasma deben usar pantalla solar, producto que debe ser indicado por algún especialista. “Si no se acude con profesionales el padecimiento se puede agudizar”.