Menopausia y dolor de hombro: qué es el hombro congelado y cómo aliviarlo

A medida que el cuerpo transita por la perimenopausia y la menopausia, es natural prestar atención a síntomas como los bochornos o los cambios de humor. Sin embargo, hay un efecto secundario menos discutido que está afectando la calidad de vida de muchas mujeres: el dolor persistente de hombro. Este malestar, en algunos casos, puede estar vinculado directamente a los cambios hormonales propios de esta etapa.

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La Dra. Elizabeth Batterton, médica del deporte en Banner – University Medicine, explica que esta condición puede estar relacionada con el hombro congelado o capsulitis adhesiva, una afección inflamatoria en la que la cápsula articular se vuelve rígida, provocando dolor progresivo y limitación del movimiento. “Algunas personas pueden experimentar un dolor agudo que se irradia hacia el brazo o los músculos de la espalda”, señala.

¿Qué relación hay entre la menopausia y el hombro congelado?

Durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen de forma significativa. Este cambio hormonal puede afectar la salud de las articulaciones y el tejido conectivo, lo que aumenta el riesgo de inflamación y rigidez. De hecho, un estudio reciente reveló que las mujeres que no reciben terapia de reemplazo hormonal tienen el doble de probabilidades de desarrollar hombro congelado.

“El estrógeno juega un papel importante en el mantenimiento de la salud articular. Su disminución puede provocar afecciones inflamatorias como el hombro congelado”, indica la Dra. Batterton.

¿Cómo identificar el hombro congelado?

Si estás atravesando la menopausia y sientes dolor persistente en el hombro, especialmente por la noche, o notas rigidez que limita tus movimientos, podrías estar ante esta afección. Reconocerlo a tiempo es clave para un tratamiento eficaz. El hombro congelado suele desarrollarse en tres fases: congelamiento, congelación y descongelación, y puede durar meses o incluso años si no se trata.

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Opciones de tratamiento y alivio

  • Fisioterapia personalizada: Estiramientos como el balanceo de péndulo, estiramiento en puerta y caminata con los dedos ayudan a recuperar movilidad.

  • Medicamentos antiinflamatorios: Ibuprofeno o naproxeno pueden reducir la inflamación.

  • Inyecciones de corticosteroides: Útiles cuando el dolor es severo o no mejora con otros tratamientos.

  • Terapia hormonal: En algunos casos, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar a mejorar los síntomas articulares asociados a la baja de estrógenos.

  • Aplicación de calor o frío: Compresas frías para reducir inflamación o calientes para relajar músculos tensos.

  • Estilo de vida saludable y buena postura: Mantenerse activa, evitar el sobrepeso y cuidar la postura son medidas preventivas efectivas.

  • Masajes terapéuticos: Pueden disminuir la tensión muscular y mejorar la circulación en la zona afectada.

No ignores el dolor: actúa a tiempo

La menopausia representa una etapa de transformación, pero no tiene por qué venir acompañada de dolor crónico o limitación funcional. Si notas que el dolor de hombro afecta tus actividades cotidianas, consulta con un especialista cuanto antes. “El tratamiento temprano puede evitar complicaciones mayores y mejorar significativamente la calidad de vida”, concluye la Dra. Batterton.

El hombro congelado puede ser tratado en la menopausia. Y aunque el proceso requiere paciencia, la recuperación es posible con una intervención oportuna y adecuada.

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