¿Mi perro sufre estrés?
El estrés no sólo aqueja a las personas, sino también a las mascotas. Platicamos con el médico veterinario Ernesto Ávila acerca de un tema que no sólo aqueja a las personas, sino también a las...
El estrés no sólo aqueja a las personas, sino también a las mascotas.
Platicamos con el médico veterinario Ernesto Ávila acerca de un tema que no sólo aqueja a las personas, sino también a las mascotas: el estrés. El experto nos explicó que una buena alimentación, el ejercicio regular y una relación óptima con los humanos son esenciales para la salud física y emocional del perro, sin olvidar que la mejor medicina es la preventiva.
1. ¿Cómo se define el estrés en los perros?
Podemos definir el estrés como cualquier estímulo único o continuo que produce la liberación en el organismo de ciertas sustancias —las hormonas cortisol, adrenalina, noradrenalina y dopamina— que pueden provocar alteraciones físicas y emocionales. Un ejemplo de estímulo continuo es encerrar a un perro en una jaula o separarlo de su familia; en cambio, que un auto lo atropelle o que sea sometido a una operación quirúrgica es un ejemplo de estímulo único.
2. ¿Cuáles son las principales causas de estrés en los perros?
Hay cuatro periodos sensibles en el desarrollo de la conducta de un perro. El primero es el periodo neonatal, del nacimiento al día 14 de vida, cuando el cachorro está mamando y busca el contacto físico. Del día 15 al 22 es el periodo de transición, y durante ese lapso su sistema nervioso madura muy aprisa. Luego sigue el periodo de sociabilización, del día 23 a las 10 semanas de edad, y el periodo juvenil va de las 10 semanas a la madurez sexual. A lo largo de estas etapas es importante procurar diversos cuidados al perro. Un ejemplo es hacer que se ejercite de manera frecuente para ayudarlo a tener un desarrollo físico y emocional adecuado. Otro aspecto que hay que tomar en cuenta es el espíritu; es decir, la personalidad del animal y su modo de reaccionar ante ciertos estímulos. Esto determina si el perro es vulnerable al estrés o no.
3. ¿Cómo podemos darnos cuenta de que nuestra mascota tiene estrés?
En primer lugar, porque empieza a mostrar cambios de comportamiento; por ejemplo, ladra con un ritmo atípico o se autolesiona, sobre todo en la zona del carpo (que en los humanos corresponde a la muñeca). Muchos perros se lamen esa parte por ansiedad o separación. Otra señal frecuente es que enferman de gastritis.
Es recomendable que el perro viva dentro de casa, ya que su instinto gregario lo impulsa a permanecer en el grupo familiar. Si se enferma a menudo y se lame, o si vive en el patio o la azotea, solo y abandonado, es probable que tenga estrés. Los aspectos físicos son importantes para determinar su estado emocional y mental, y sus efectos en su salud. Otro ejemplo común de comportamiento compulsivo es la destructividad: un perro que destruye podría estar sufriendo estrés.
4. ¿Cuáles son las mejores medidas para remediarlo?
El perro debe ejercitarse a diario: hay que sacarlo a caminar o correr.
Debe contar con una sociabilización adecuada. La mente de un perro está mucho más equilibrada cuando convive con otros de su especie.
Hay que brindarle contacto físico y acariciarlo frecuentemente. A todos nos gusta recibir amor.
Otra opción es el yoga (“doga”). Ayuda al perro a liberar endorfinas, sustancias que le producen bienestar. El veterinario o el entrenador pueden orientar al dueño sobre este tema.
Una buena alimentación fortalece el sistema inmunitario del perro y resulta esencial para que tenga un desarrollo físico y emocional adecuado.
Hay que darle un buen periodo de descanso diario. Mientras duerme, el perro segrega hormonas que ayudan a que se relaje por completo.
El perro debe tener acceso libre al agua purificada todos los días.