Imagínalo: una comunidad microscópica en tu intestino puede ser la llave para controlar el peso y prevenir enfermedades metabólicas. La microbiota intestinal —un universo de billones de bacterias— va más allá de la digestión. Según el Dr. Luis Jesús Dorado, especialista en nutrición, “el desequilibrio en la microbiota puede influir en el apetito, la inflamación y la absorción de nutrientes”, revelando que no todo es cuestión de calorías.
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Evidencia científica sólida
Estudios en modelos animales han sido clave: ratones sin microbiota (germ-free) ganan más grasa al recibir microbiota de animales obesos, sin modificar su ingesta o actividad física. Además, estudios en humanos encontraron menor diversidad bacteriana en personas con obesidad, una señal de riesgo de inflamación crónica y resistencia a la insulina.
Un destacado metaanálisis de 2024 concluyó que prebióticos, probióticos o simbióticos reducen IMC, perímetro de cintura y glucosa en sangre en personas con sobrepeso u obesidad. También, una revisión en Nature confirmó el vínculo entre menor diversidad bacteriana y mayor tendencia metabólica a engordar.
¿Cómo actúa la microbiota?
Extrae más calorías: ciertas bacterias aprovechan mejor los nutrientes, incrementando la energía absorbida .
Genera inflamación: la disbiosis intestinal promueve un estado inflamatorio de bajo grado, que dificulta el control del peso.
Regula señales de saciedad: la fermentación de fibra produce ácidos grasos de cadena corta que estimulan péptido YY y reducen el apetito.
¿Qué puedes hacer hoy?
Según la comunidad científica y el Dr. Dorado:
Come más fibra: frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
Toma alimentos fermentados: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha.
Evita antibióticos innecesarios: preservan la microbiota.
Cuida el sueño y controla el estrés: ambos impactan en tu flora intestinal.
Consulta al especialista antes de tomar probióticos comerciales.
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¿Es una fórmula definitiva?
Aunque no existe una “microbiota ideal”, los datos indican que mejorar su diversidad puede ser una herramienta potente. No sustituye dieta ni ejercicio, pero sí los potencia desde una perspectiva metabólica y científica más humana y sostenible.
Conclusión
La microbiota intestinal emerge como un pilar clave en el control del peso y de las enfermedades metabólicas. No es magia, sino biología respaldada por estudios. Adoptar hábitos que favorezcan su equilibrio —fibra, fermentados, estilo de vida saludable— te acerca a una condición física y metabólica más saludable.