¿Miedo a la insulina? Mitos y realidades sobre esta sustancia
Aunque la insulina es la sustancia que el cuerpo humano produce para mantener a raya la glucosa, infinidad de personas que viven con diabetes le tienen recelo.
Aunque la insulina es la sustancia que el cuerpo humano produce para mantener a raya la glucosa, infinidad de personas que viven con diabetes le tienen recelo. Conoce los mitos y realidades de este tratamiento.
Para mantener la glucosa en sangre bajo control se necesitan diversas acciones: monitoreos frecuentes, alimentación balanceada, activación física, tratamiento médico y asesoría y seguimiento del médico tratante y profesionales de la salud para crear tratamientos que se ajusten a las necesidades de cada persona.
Está demostrado por diversos estudios que las aplicaciones de insulina son el tratamiento óptimo para el control y cuidado de la diabetes, sin embargo, la insulina continúa envuelta de mitos que evitan y retrasan que las personas que viven con diabetes se la apliquen, fomentando la llegada de complicaciones graves que afectan la calidad de vida del paciente.
“El verdadero terror debería ser hacia las complicaciones que provoca una diabetes descontrolada, no hacia el tratamiento con insulina, el cual es totalmente recomendado y necesario para mantener estable esta enfermedad y así evitar complicaciones como pérdida de la vista, fallas en el riñón, amputaciones, retinopatías y pie diabético” explicó Teresa Tafolla, educadora en diabetes de BD Ultra Fine.
La diabetes es una enfermedad crónica degenerativa, lo que significa que no tiene cura y no se detiene, de ahí la importancia de evitar o retrasar lo más posible sus estragos.
Con el objetivo de esclarecer algunos mitos que rodean a la insulina y evitar la desinformación para fomentar la salud en los pacientes que viven con diabetes, Tafolla explica:
Falso. Sin tratamiento oportuno la diabetes se descontrolará y eso sí podría ocasionar ceguera. Los vasos sanguíneos de la retina se pueden dañar por los niveles altos de glucosa en la sangre, lo que puede provocar retinopatía diabética y afectaciones a la visión.
Con tratamientos de insulina, las personas que viven con diabetes reducen aproximadamente un 76% el riesgo de padecer enfermedades oculares.
Falso. Para los pacientes con diabetes tipo 1, desde el momento del diagnóstico se indica la terapia con insulina, ya que el páncreas no produce la necesaria para vivir. Para los pacientes con diabetes tipo 2, no significa que su diabetes esté peor y la persona esté grave.
Significa que el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina o no la puede aprovechar de manera adecuada, por ello es posible que en algún momento del tratamiento se les indique insulina, como herramienta que ayudará a mejorar el control de la diabetes y estabilidad a su salud.
Falso. Se requiere de una técnica de inyección correcta para la aplicación de insulina, con el fin de optimizar los resultados del tratamiento y alcanzar el objetivo deseado en el control de la diabetes. Es clave utilizar los dispositivos y herramientas adecuadas para que la experiencia sea más cómoda y eficaz.
Los expertos recomiendan utilizar las agujas más cortas que existen (De 6mm ultrafinas) en jeringa convencional para insulina, ya que ésta sólo debe llegar al tejido subcutáneo, evitando el músculo.
Para dispositivos más modernos tipo pluma, existen agujas más cortas (4mm) que cuentan con cinco biseles o cortes en la punta. Esto para el paciente se traduce en menor dolor y molestia al momento de la inserción de la aguja en la piel, contribuyendo de manera importante a la adherencia al tratamiento, sobre todo para aquellos que se inyectan varias veces al día.
Son dispositivos desechables de un solo uso, no se deben reutilizar.
Falso. La insulina es una hormona, igual que la que el cuerpo produce de manera natural. Se debe reponer por medios externos cuando el páncreas no la genera o no la utiliza adecuadamente para poder vivir y funcionar al igual que una persona que no tiene diabetes, por ello es imposible que genere una adicción.
Falso. Bajo ninguna circunstancia se debe interrumpir o suspender el tratamiento con insulina sin la supervisión del médico tratante. Sólo ellos pueden indicar la dosis y la frecuencia de su administración. Si el paciente se siente bien es porque la insulina está logrando su objetivo y se debe continuar con su administración para mantener esa estabilidad.
La diabetes sigue siendo un tema muy importante de salud sobre el cual queda mucho por aprender. Existen más formas de lograr una gran calidad de vida aun viviendo con ella, pero sin duda uno de los puntos más importantes para conseguirlo es empoderarse de la enfermedad, y eso se consigue entendiéndola con ayuda de los expertos y dejando atrás los mitos que la envuelven.
La información de fuentes dudosas puede resultar gravemente contraproducente. Con disciplina, educación y constancia, la inyección de insulina será parte de la rutina diaria sin mayor complicación. En combinación con una alimentación adecuada y activación física regular, se disfrutarán los beneficios en la salud de manera notable.