Migraña, la responsable de vidas destrozadas
La migraña es una enfermedad que convierte en un infierno la existencia de 20 millones de mexicanos. Cuidado porque puede volverse crónica.
Cindy Camarena Rodríguez llora casi a diario, duerme poco y vomita mucho. Cada vez maneja menos y sus sentidos del gusto y del olfato se han atrofiado. Su embarazo, a los 18 años, transcurrió entre oxígeno y severos dolores. La razón de su pésima calidad de vida es una: una migraña no tratada.
“Los síntomas empezaron a los 8 años, pero jamás me llevaron al doctor. Viví la enfermedad sola, y si no tomo los medicamentos prefiero morirme” confiesa esta mujer de 47 años.
Lo que Cindy ha vivido es más frecuente de lo que parece, pues la migraña es la enfermedad neurológica más común en el mundo. Alrededor de 300 millones de personas viven con ella, lo que equivale dos veces a la población de México, siendo más común entre las mujeres y afectando a más personas entre los 20 y 50 años, la etapa productiva y reproductiva de la vida.
En México, entre el 12 y el 14 por ciento de la población la padece. Además de la grave afectación a la calidad de vida, la migraña ocasiona pérdidas económicas por 670 millones de pesos al año.
Se define como la presencia de dolor ubicada por encima de la línea existente entre ambos ojos, que se extiende a los oídos y que es asociada a ciertas características como sensibilidad a la luz, al sonido o al movimiento. Es una disfunción del sistema trigeminovascular.
Este padecimiento también puede aparecer en la infancia, y la frecuencia de los ataques disminuye a partir de los 50 años de edad, aunque no en todos los casos.
Respecto a las restricciones en la dieta, el doctor Miguel Osorno, presidente de la Academia Mexicana de Neurología, explicó que sólo el 15 por ciento de los migrañosos es sensible a esos detonantes.
“Lo que suele suceder es que una mujer relaciona que el día que comió chocolate tuvo migraña, pero no toma en cuenta que ese mismo día estaba desvelada y en su periodo menstrual; lo que detona la migraña suele ser una suma de aspectos” indica.
Osorno precisó que una combinación que sí es muy dañina es la de migraña, cigarro y anticoncepción.
La enfermedad no es considerada de forma popular como un padecimiento grave porque no representa un riesgo de contagio o de muerte, así que se piensa que no es algo que debe tratarse con especial atención. Desafortunadamente, esta creencia incentiva la automedicación y las complicaciones que la misma conllevan.
Karina Vélez, neuróloga y coordinadora de la Academia Mexicana de Neurología, explicó que no existe un marcador físico o de laboratorio que determine que una persona padece migraña, así que la información clínica detallada, así como una exploración exhaustiva, son determinantes para que el médico emita un diagnóstico.
“Es muy importante que se determine si es una migraña primaria o si es una cefalea secundaria, es decir, que es provocada por un tumor o un aneurisma” explica la especialista.
La migraña está considerada por la Organización Mundial de la Salud como la séptima causa de incapacidad. “Los estragos que ocasiona en la vida de las personas pueden compararse con los de una cuadriplejia o la demencia, y las personas funcionan un poco debido a que se empastillan” precisó Karina Vélez.
La migraña, -agrega-, tiene un estigma, pues como no existe un estudio que compruebe el diagnóstico, al enfermo se le percibe como mentiroso, que inventa dolores para no cumplir con sus obligaciones o que exagera un simple dolor de cabeza. “De ahí la importancia de ir a ver un especialista que ratifique su enfermedad”.
Los especialistas subrayan la importancia de que esa enfermedad sea tratada, pues puede volverse crónica y, sobre todo, brindarle comprensión al paciente.
“Las personas con migrañas llegan al médico queriendo saber qué es lo que está pasando” explica Osorno, quien ejemplificó la situación con un estudio realizada en Gran Bretaña: A los médicos que laboran en clínicas especializadas en cefaleas les preguntaron qué es lo que pensaban que sus pacientes buscaban.
La respuesta principal fue alivio al dolor; la misma pregunta se aplicó a los pacientes, y la respuesta primordial fue saber qué es lo que les sucede, mientras que el alivio al dolor quedó en tercera posición.
Y es que aunque este padecimiento es más frecuente que la artritis, el asma y la diabetes juntas, pocas personas reciben diagnóstico y menos aún un tratamiento adecuado. Las personas con migraña, de no ser atendidas a tiempo, corren el riesgo de progresar a una migraña crónica. “Lo que significa que la mitad de su vida la pasarán con dolor”.
Además, los pacientes con migraña tienen cuatro veces más probabilidades de padecer depresión.
¿Hay tratamiento? Sí, y diversos. “No se puede hablar del tratamiento ideal porque varía de acuerdo a las necesidades de cada persona” explica Miguel Osorno, presidente de la Academia Mexicana de Neurología y un apasionado del tema.
El doctor Osorno precisó que aunque un 50 por ciento de los pacientes necesita un tratamiento profiláctico, sólo el 5 por ciento lo recibe, y eso se debe a que se minimiza el padecimiento.
Existen tratamientos con triptanos, que son los más conocidos pero también los más caros, así como tratamientos con analgésicos combinados, los cuales son contraproducentes pues ocasionan cefalea de rebote, por lo que son conocidos como ‘falsos amigos’.
“En los tratamientos hay que tomar en cuenta las interacciones farmacológicas, no se deben mezclar medicamentos pues los efectos colaterales pueden ser graves” puntualiza Osorno.
Además de estos tratamientos, en la actualidad se está desarrollando una molécula que ayudará en el combate de la migraña. Se espera que pronto esté en el mercado y ayude en la reducción de las pérdidas económicas y de salud que causa este padecimiento.
La mejor migraña no es la que quitamos, es la que no aparece, comenta Osorno, pues el tratamiento no se trata de quitar el dolor, se trata de que ya no exista dolor.
El tratamiento de la migraña se complica con la automedicación y el abuso de medicamentos, así que los especialistas hacen un llamado a privilegiar la consulta médica profesional.