Mitos de la alimentación que aún crees (y dañan tu salud)

¿Alguna vez te han dicho que los carbohidratos son “enemigos de la dieta”? ¿O que si comes pan de noche engordarás inevitablemente? Estas creencias, aunque populares, carecen de respaldo científico y pueden llevar a decisiones alimenticias equivocadas. La llamada “carbofobia” ha generado miedo injustificado a los carbohidratos, empujando a muchas personas a dietas extremas que terminan siendo perjudiciales.

El mito del carbohidrato nocturno

El mito más extendido es que los carbohidratos consumidos en la cena tienen un efecto más perjudicial en el peso. Sin embargo, los expertos son claros: esto es falso. Lo que realmente determina si subes o bajas de peso es el balance energético total del día, es decir, la cantidad de calorías que consumes frente a las que gastas.

La nutricionista Laura Romano afirma que “no hay evidencia científica que respalde que el mismo alimento tenga más calorías según la hora del día”. El médico especialista Martín Giannini añade que la calidad de la dieta y el patrón alimentario general son mucho más importantes que el horario de una comida.

Mitos comunes sobre los alimentos

La desinformación no se limita a los carbohidratos. Existen otros mitos de la alimentación que vale la pena desmentir:

  • “El pan engorda”: Ningún alimento por sí mismo tiene la capacidad de engordarte. Depende de la cantidad, el tipo de pan y con qué lo acompañas. Optar por pan integral y consumirlo con moderación puede ser parte de una dieta saludable.
  • “El agua con las comidas engorda”: Esta creencia no tiene sustento científico. El agua no tiene calorías y, de hecho, puede ayudarte a sentirte más lleno, lo que te puede llevar a comer menos.
  • “Los alimentos light se pueden comer sin límite”: Un producto light solo significa que tiene menos calorías que su versión original, no que sea libre de ellas. Consumirlos en exceso sigue contribuyendo al aumento de peso.
  • “Mezclar proteínas con carbohidratos engorda”: ¡Todo lo contrario! Los expertos coinciden en que combinar ambos grupos con vegetales ayuda a mejorar el equilibrio de nutrientes, aumenta la saciedad y ayuda a controlar los niveles de glucosa.

La verdadera clave: calidad y equilibrio

En lugar de temer a los alimentos, es fundamental entender cómo funcionan. Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cerebro y los músculos. El problema no son los carbohidratos en sí, sino la elección de los mismos. Los carbohidratos saludables como arroz integral, legumbres, frutas y verduras aportan energía, fibra, vitaminas y minerales.

En contraste, las “carbograsas” (productos con harinas refinadas, grasas y azúcar, como galletas o pasteles) son muy calóricos y pobres en nutrientes. La clave no está en eliminar grupos de alimentos, sino en seleccionar los de mejor calidad y combinarlos con vegetales y proteínas en cada comida. Por ejemplo, al enfriar papas o fideos cocidos y luego recalentarlos, creas almidón retrogradado, que actúa como fibra y mejora la salud intestinal.

Los mitos de la alimentación pueden llevarte a adoptar dietas restrictivas que no solo son insostenibles, sino también perjudiciales. La ciencia demuestra que la clave de una dieta exitosa no es la privación, sino un enfoque equilibrado. Los patrones de alimentación reconocidos, como la dieta mediterránea, son ricos en carbohidratos de calidad y están asociados a una mejor salud a largo plazo.

Si quieres mejorar tus hábitos, céntrate en la calidad de tu dieta, el balance total de calorías y la variedad de tus alimentos. ¿Qué mito alimentario te gustaría desmentir? Comparte tu opinión en los comentarios.

 

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