Mitos que las nuevas mamás no deben escuchar
Además de los retos físicos de tener un bebé, las madres primerizas suelen creer mitos que agregan culpa y estrés innecesarios.
Cuando llega la depresión postparto (DPP), la nueva madre podría preguntarse si su situación emocional está afectando a su bebé. Un mito que las nuevas madres con DPP suelen creer es que su bebé también está sufriendo.
La doctora Amber Cohn dice: “La DPP no se puede contagiar al bebé, pero éste sí puede notar algunos de sus efectos. Las mamás con DPP suelen producir menos leche, y la formación del lazo entre madre e hijo también puede debilitarse”.
La doctora agregó que esta relación simbiótica entre madre e hijo también puede funcionar positivamente. “Cuando una madre recibe tratamiento para su DPP, éste puede tener un efecto positivo en ella y en su bebé”.
Las mujeres embarazadas pasan nueve meses visualizando cómo será el momento en que conozcan a su hijo. Podrían imaginar una conexión instantánea, un amor eterno y una gran devoción hacia esta pequeña criatura que ansían conocer.
Pero cuando eso no ocurre, se asustan y piensan que algo está mal o que, peor, son malas madres por no sentir amor al instante.
No es cierto, dice Nikki Echabarne, una doula de postparto en California especializada en ayudar a que las madres nuevas enfrenten lo que llama “el cuatro trimestre”.
“Muchas veces las madres no viven el parto que esperaban, y el tener que procesar esa experiencia nubla sus sentimientos hacia su bebé”.
Le recomienda a las nuevas madres que sean amables con ellas mismas: “Dense tiempo. Mientras aprenden sobre este nuevo pequeñito, procesarán la inmensidad de haber dado a luz y se permitirán aprender qué significa ser una madre; así, el amor llegará sin presiones”.
Este mito es el que más daña a las madres: puede causar vergüenza, culpa y frustración que ensucia los recuerdos de los primeros días y meses después del parto.
Aunque suele ser promovida como la opción más natural y recomendable para alimentar al bebé, amamantar es una de las experiencias más difíciles que enfrenta la nueva madre… y también puede ser dolorosa.
La doctora Cohn dice: “Creo que es el mito más grande de todos. Como amamantar es algo natural, se cree que será fácil. Pero en realidad es difícil”.
Explica: “La leche no se produce sino hasta dos o tres días después de tener al bebé, así que puede frustrarlas y preocuparlas que el bebé no esté obteniendo la nutrición que necesita”.
También habló sobre la incomodidad de amamantar: “La lactancia puede ser dolorosa. Las grietas en los pezones y la mastitis (una infección del pecho) son situaciones comunes y dolorosas. Puede ayudar aprender la forma correcta de acomodar al bebé y aplicar cremas, como la lanolina, en los pezones”.
Recomienda que las nuevas madres pidan orientación sobre lactancia en los cursos psicoprofilácticos que suelen ofrecerse en los hospitales.
A las madres que enfrentan la nube de la depresión se les dificulta pensar con claridad o lógica. Muchas temen que, si buscan atención para su DPP, corran el riesgo de perder la custodia de sus hijos. De acuerdo con la doctora Cohn, esto no es cierto.
“No he encontrado algún caso sobre esta situación. Me alegra cuando una paciente solicita un tratamiento para DPP, o cuando el tema surge durante su primera visita después del parto”.
Sin embargo, admite que puede ser un tema incómodo para las madres. “A algunas pacientes no les gusta hablar sobre esto, pero existen tratamientos muy efectivos que podrían ayudar a que se sientan mejor”.
Las nuevas madres no deberían descontar a la terapia y a la medicación solo porque estén amamantando. “La terapia ayuda, al igual que los medicamentos como Zoloft o Lexapro, cuyo uso es seguro durante la lactancia”, dice la doctora Cohn.
“Algunas pacientes pierden la perspectiva al sufrir depresión, y no pueden disfrutar ser madres. La DPP también puede afectar la relación de la paciente con su pareja. Así, buscar ayuda no solo beneficia a la paciente, sino también a su bebé y a su familia”.
Si bien los meses previos al parto pueden estar llenos de emoción, tener un bebé no solucionará los problemas que ya existen en tu relación. De hecho, el estrés de un nuevo bebé puede exacerbarlos.
Echabarne desmiente este mito de inmediato, diciendo: “Los bebés no arreglan los matrimonios. Un bebé hará que se sientan muy cansados, y el agotamiento complicará la comunicación entre ustedes”.
Agregó: “Les recomiendo a las madres que compartan todo, absolutamente todo. Es muy difícil hacerlo cuando estás agotada, pero decir ‘estoy tan cansada que no sé qué estoy haciendo’ es mucho mejor que gritar y ser grosera con tu pareja”.
Recomienda ser honesta, incluso aunque te haga sentir vulnerable. “Dile que estás pasando por un momento difícil y cómo puede ayudarte; habla sobre tus temores y cómo esta nueva situación es difícil y mágica a la vez. Compartir todo creará un nuevo nivel de entendimiento entre ustedes”.
Es cierto que los bebés recién nacidos lloran con frecuencia; después de todo, así se comunican. Aunque llorar por largo tiempo es normal (y desesperante), también puede ser señal de que algo está ocurriendo.
De acuerdo con Echabarne, llorar es parte del desarrollo de todos los bebés. Explica: “Los bebés suelen pasar por un periodo de llanto durante los primeros meses. Solo hay que distinguir si es una fase normal o si conviene que lo revise el doctor”.
Si el llanto de tu bebé parece indicar dolor, o si sientes que algo está mal, confía en tu instinto y llama al pediatra. Una consulta con él puede identificar al culpable, como una alergia o un brote de crecimiento.
Todos conocemos la imagen típica de una nueva mamá. Trae pijamas manchadas, su cabello está sucio, y sus ojos muestran claramente que no ha dormido en días.
Aunque esta generalización puede ser cierta en los primeros días después del parto, no creas el mito de que jamás volverás a lucir hermosa.
Al igual que todos los cambios importantes en la vida, requiere algo de tiempo acostumbrarse a la maternidad. Encontrar una nueva normalidad puede ser un proceso largo y agotador, pero la alcanzarás.
Catherine O’Brien, terapeuta de relaciones que se especializa en preparar a las familias para la transición del embarazo a la paternidad, dijo que es importante que las mujeres reconozcan su propia necesidad de autocuidado. Solo así podrán ser mejores madres para su bebé.
“Si estás cansada y estresada, aparta tiempo para ti misma”, recomienda. “Mejorará la calidad del tiempo que pasas con tu bebé”. Aunque de momento parece muy complicado poder plancharte el cabello o ir a que te hagan manicure, los cambios pequeños pueden ayudar a que te sientas bien contigo misma.
Esfuérzate por cambiarte de ropa (no importa si son otros pants, siempre que estén limpios) y ponte un poco de lipstick: mejorará mucho tu estado de ánimo durante el resto del día”.
Todas las mujeres que conoces, sean parientes o desconocidas, te dirán lo mismo: disfruta cada momento, que crecen demasiado rápido. Aunque todas las madres saben que esto es cierto, puede hacerte mucho daño querer disfrutar cada momento de tu maternidad. Simplemente, no es posible.
Echabarne recomienda a las nuevas madres que sean realistas, especialmente durante el periodo posterior al parto. “Las mujeres hablan conmigo sobre sus temores y sus preocupaciones, y es normal. Tus emociones son válidas. Estás cansada todo el tiempo y tu cuerpo está sanando después del parto, sin importar cómo haya sido”.
Recomienda a las madres que no permitan que sus emociones conflictivas se conviertan en autocrítica. “Estás bien. No eres una mala madre”. Tener una perspectiva realista sobre tus propias habilidades puede ayudarte a pedir ayuda cuando la necesites, al igual que a brindarle un ambiente menos tenso a tu bebé.
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La vida con un nuevo bebé es un desafío, por decir lo menos. Todo lo que tomaba algunos minutos ahora requiere una estrategia completa, desde preparar tu día hasta encontrar el tiempo para limpiar.
Salir de casa puede sentirse como una hazaña, y cuando te conviertes en madre parece imposible que puedas volver a hacerlo.
La verdad es que, como con todo, la práctica llevará a la perfección, o al menos a lo más cercano a ella. Eventualmente aprenderás qué necesitas llevar en la pañalera y tendrás una rutina para tu vida diaria.
También podría servirte escribir una lista de lo que es indispensable llevar cuando salgas, y asegurarte de que la pañalera siempre tenga lo necesario, como una muda de ropa y pañales.
Las cosas no siempre saldrán como quieres, pero podrás enfrentarlo, porque ahora eres una madre. Y las madres pueden enfrentar todo.
¿Cuál de estos mitos habías escuchado antes?
Tomado de Reader’s Digest 9 Myths New Moms Should Stop Believing ASAP