Estos alimentos a menudo se cosechan cuando están maduros y se congelan 6 o 10 horas después, dice Jenna Braddock, nutricionista. “Así pueden conservar sus propiedades”, afirma.
Quizá este sea el principal culpable del deshielo inseguro, señala Caroline Passerrello, nutricionista y vocera de la Academia de Nutrición y Alimentación de EUA.
Mejor hazlo en el refrigerador, donde no alcanzará la “zona de peligro” térmica, entre los 4 y 60 grados Celsius, la favorita de las bacterias. Toma en cuenta que este método requiere más tiempo.
Los fabricantes comprenden las necesidades de los consumidores que se cuidan y quieren disminuir su ingesta de sal. Revisa las etiquetas para que lo veas por ti mismo.
Al contrario. “La temperatura no aumentará de manera uniforme”, explica Braddock. No solo podría provocar una cocción dispareja, sino que algunos productos comestibles podrían alcanzar la zona de peligro térmica.
Si no puedes esperar a que la comida se descongele en el refrigerador, se recomienda colocarla en un tazón con agua fría y cambiar el líquido cada 30 minutos.
Las tiendas usan tal plazo para asegurarse de que haya rotación de mercancía en su inventario. La fecha indicada en “usar antes de” se preocupa por la calidad ideal del producto, pero ninguna de ellas es una norma de sanidad, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Congelar los alimentos tras esas fechas no debería tener ninguna repercusión en tu salud, asegura Braddock.
El hecho de que esa pechuga de pollo haya sido empacada en la tienda no significa que esté lista para congelarse. La gente que embala los alimentos tiende a dejar aire dentro del paquete, lo que supone una entrada para las bacterias y disminuye la calidad de la carne, puntualiza Passerrello.
Envuelve la comida en papel de carnicería o encerado, y saca tanto aire como sea posible antes de congelar. En cuanto a los vegetales frescos, escáldalos antes de meterlos a la nevera. El agua hirviendo interrumpirá la actividad enzimática que, de otro modo, les quitaría el sabor y frescura a estos productos del campo, detalla Passerrello.
Siempre y cuando los hayas deshelado en el refrigerador, puedes volver a meterlos al congelador, asegura Passerrello. Solo sé consciente de que hacerlo por segunda ocasión podría mermar su calidad, advierte.
El sitio de Internet foodsafety.gov señala el lapso que pueden permanecer congelados distintos alimentos (la carne cocida, por ejemplo, de dos a seis meses), pero esto es solo con fines de calidad, no de inocuidad. La comida congelada se mantiene apta para consumo casi de forma indefinida.
Por la inocuidad, no existe algo que no puedas congelar; solo afec-ta su calidad. La textura de ciertos productos, como la leche y el queso, puede cambiar un poco tras este proceso, pero siguen siendo comestibles.
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