Una paciente que sufría de fibrosis quística desarrolló un cáncer poco después de recibir un trasplante de pulmones de parte de una fumadora.
Una paciente que sufría de fibrosis quística desarrolló un cáncer poco después de recibir un trasplante de pulmones de parte de una fumadora.
La paciente había sido tratada desde su niñez por fibrosis quística y tras el deterioro de sus funciones respiratorias, los médicos decidieron en noviembre del 2015 hacerle un trasplante de pulmones.
Tras la cirugía parecía que todo iba mejorando, sin embargo al poco tiempo desarrolló un fulminante cáncer que la mató.
“Según la base de datos de donantes, los pulmones trasplantados pertenecían a una mujer de 57 años que había fumado un paquete de cigarrillos diario durante 30 años”, según el estudio realizado por médicos oncólogos del hospital universitario de Montpellier.
El estudio señala que las pruebas realizadas en el momento de la muerte cerebral de la donante no revelaron anomalías.
En junio de 2017, la paciente, enferma, fue internada en la unidad de oncología torácica del hospital mencionado. Dos meses más tarde, murió de cáncer de pulmón sin que se pudiera intentar practicarle ninguna terapia.
Según el estudio, los síntomas corresponden a los de cáncer causado por tabaquismo. Un cáncer que aceleró enormemente su crecimiento debido a los tratamientos inmunosupresores que la paciente recibió para evitar el rechazo a sus nuevos pulmones.
“El breve plazo entre el trasplante de pulmones y la aparición de la primera anomalía radiológica sugiere que la carcinogénesis comenzó en vida de la donante”, añaden los autores del trabajo.
Según el doctor Jean-Louis Pujol y sus colegas, “teniendo en cuenta el tiempo de latencia relativamente largo del cáncer de pulmón, sugerimos que los trasplantes de donantes fumadores sean tratados con precaución”.
