Mundo sorprendente: 10 historias, 10 lugares
En nuestro planeta viven 7,3 mil millones de personas con infinidad de historias. Estos son diez diferentes relatos en el mundo que te sorprenderán.
Brandon Stanton, autor del proyecto Humans of New York, lo aprovecha todos los días publicando fotos e historias de gente de esa y otras ciudades, recopilando vivencias y experiencias de vida que dejan ver el modo en que los seres humanos somos capaces de superarnos, levantarnos y fortalecernos en busca del bien en nuestras vidas.
Conoce este acoplado de las diez historias más conmovedoras en el mundo conjuntadas por Humans of New York
“Tengo 14. Todos mis amigos quieren crecer cuanto antes. Ellos toman licor, fuman y se ponen muy groseros. A cualquier precio quieren salirse del control de sus padres y probar su independencia. Y yo quisiera quedarme en la infancia un poco más. Me gusta estar con mis padres. Me gustaría que este período durara más tiempo”.
“Antes de cumplir 45 no sabía que me gustaba enseñar. Era diseñador gráfico y un día me apunté como voluntario para dar clases a niños de un barrio pobre. Fue un programa para adolescentes que habían abandonado la escuela y al principio tenía mucho miedo. Muchos de ellos tenían problemas de conducta, otros consumían drogas. Un día un chico trajo cuchillo al aula.
Pero resultó que sí supe cómo hablarles. Podía comunicarme con los niños, que se negaban a escuchar a los psicólogos. Este programa duró solo 6 meses, pero entendí que puedo influir en la vida de alguien. Después estudié para ser profesor. Pronto comenzaré a dar clases de Portugués a niños de primaria”.
“Les contaré un secreto. En la universidad nos odiábamos y discutíamos a cada rato. Yo decía A y ella decía B. Al final del año nuestro profesor nos obligó a trabajar juntos en un proyecto y, aunque ambos le pedíamos que nos diera otras parejas, se negó. Después le pedimos que fuera el padrino de nuestros hijos”.
“Manejo un taxi para pagar la deuda de los estudios. Fui a la universidad tarde, porque mi padre había sufrido un infarto después de mi graduación escolar. Él no podía dejar el trabajo, por eso yo lo cubrí y trabajé 7 días a la semana en la cafetería mientras se recuperaba. Cuando regresó del hospital, lo cargué en mis brazos. Tenía lágrimas en los ojos.
Mi padre había emigrado de Pakistan en los ’80. Él trabajó mucho para que mi vida fuera mucho mejor. Creo que en aquel momento entendió que me había convertido en el hijo que siempre había querido tener”.
“Perdí todo lo que había construido en 40 años en tan solo 20 minutos. Esto pasó cuando estaba trabajando y mi mamá trató de prender la estufa, pero esta se incendió. Perdí todo. Estaba desesperado, casi no dormía en las noches. Pasé viviendo algunos meses en las casas de mis amigos. Sin embargo, este accidente me cambió. Entendí que hay muchas personas buenas en el mundo.
Los vecinos me ayudaron a limpiar el lugar y comenzamos a construir de nuevo. La gente me traía materiales, vinieron 25 voluntarias del gremio de construcción local. Antes pensaba que el mundo estaba lleno de gente egoísta, por eso solo pensaba en mí mismo. Y ahora, cuando mi casa esté lista, haré todo lo posible para ayudar a los demás”.
Bueno, ahora hablando con ustedes, pienso que mi mamá podría ser mi motivación. Ella sueña con una casa donde cada uno de nosotros pueda tener su propio piso. No me gusta mucho la idea, pero quiero comprarle esta casa de todas maneras.”
“Estaba muy aburrido y siempre les pedía a mis papás un hermanito menor. Un día no quería dormir de día y mi mamá me dijo: ’Si duermes un poco, en 9 meses te regalamos un hermanito’”.
“Mi mamá murió de cáncer de pulmón el día de mi cumpleaños número 16. Por cierto, ya cumplo años este sábado. Antes de su muerte era buena alumna, podría haber recibido una beca en la universidad por mis éxitos en canto. Pero después de que ella se fue, lo mandé todo al carajo. Mi mamá fue mi fan número uno.
Incluso cuando ya estaba muy enferma llegaba a mis conciertos en la silla de ruedas, con los pelos cayendo y se sentaba en la primera fila. Dejé de cantar cuando ella murió. No tengo para quién hacerlo.
Nuestro papá nos crió y es un padre maravilloso. ¿Saben qué tan bueno es él? Fue al juzgado a pedir que cambiaran la fecha de mi cumpleaños para que no tuviera que pasar por este calvario todos los años. Bueno, resulta que no se puede. Pero él lo intentó”.
“Se enamoró de mí a primera vista y siempre me llamó ’princesa’. Siempre me ha dicho que fuimos creados el uno para el otro, porque tenemos la misma talla del pie. Miren, ¡le dio vergüenza!”
“Ella quiere saberlo todo. Una vez nos pararon en la frontera de Canadá porque estaba leyendo un libro de física nuclear”.
FUENTE: Humans of New York