¿Necesitan los adultos somatotropina?
Hace unos años, los fisiólogos creían que el cuerpo dejaba de producir somatotropina después de la adolescencia, pero se ha visto que la hipófisis sigue produciendo esta hormona de crecimiento en la edad adulta ?cuando la persona ya ha alcanzado su estatura máxima? casi en la misma proporción que durante la infancia o la pubertad. A cualquier edad, la secreción de somatotropina aumenta o disminuye según las condiciones; aumenta, por ejemplo, cuando ayunamos, hacemos ejercicio, dormimos o nos sometemos a una operación quirúrgica.
No se ha visto que en los adultos la deficiencia de la hormona de crecimiento produzca síntomas que se puedan identificar claramente, lo que parece indicar que en esta etapa probablemente no resulte esencial. Pero hay que tomar en cuenta que esta hormona no sólo interviene en el crecimiento; también afecta el metabolismo, ya que estimula la producción de proteínas, el empleo de la grasa acumulada para producir energía y el consumo de las reservas corporales de carbohidratos. Aunque los adultos no necesiten la somatotropina para crecer, pueden beneficiarse de sus efectos metabólicos generales.
¿Producen los varones alguna hormona femenina?
Hace años, cuando los científicos empezaron a estudiar las hormonas sexuales, dieron por sentado que las diferencias entre hombres y mujeres eran absolutas: los hombres producían un tipo de hormonas y las mujeres otro diferente; pero pronto se dieron cuenta de que unos y otros producen las mismas hormonas sexuales, la única diferencia es la proporción de hormonas virilizantes y feminizantes con que cuenta cada sexo. En los hombres, los efectos de los andrógenos que segrega su cuerpo en grandes cantidades superan a los de los estrógenos que elaboran en cantidades reducidas. En las mujeres, la influencia de los estrógenos sobrepasa a la de los andrógenos. Cuando se descubrió esto, ya se había etiquetado a los andrógenos como “hormonas masculinas” y a los estrógenos como “hormonas femeninas” y, por lo menos en lo que se refiere al uso popular, ese calificativo ha perdurado, aunque no sea del todo preciso.
Las glándulas suprarrenales, tanto en los hombres como en las mujeres, producen pequeñísimas cantidades de estrógenos y una proporción algo mayor de andrógenos, que también se forman en los ovarios y desde luego en los testículos. Pero los testículos no sólo segregan andrógenos, sino también pequeñas cantidades de progesterona, la hormona que prepara el útero de la mujer para el embarazo, y de estrógenos, alrededor de una quinta parte de la cantidad que produce una mujer que no está embarazada. Cosa curiosa, los estrógenos de los hombres y de las mujeres se derivan en parte de la testosterona.
Los porqués del cuerpo humano
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