Negarse al uso de cubrebocas revelaría una personalidad sociópata
A pesar del aumento de casos por la pandemia, aún hay personas que se niegan a usar el cubrebocas. Un estudio relaciona esto con los sociópatas.
El uso del cubrebocas es una de las acciones más fáciles que una persona puede implementar para prevenir la propagación del Covid-19 y, sin embargo, es un tema que ha estado no solo en el centro de la polémica, sino que ha sido politizado en diversas naciones.
Aunque según una encuesta el 85 por ciento de los adultos de Estados Unidos usa el cubrebocas cuando visita tiendas u oficinas, algunos estadounidenses han recurrido a la violencia y a las protestas para mostrar su desaprobación sobre la obligatoriedad del uso de los cubrebocas.
El 18 de noviembre de 2020 la policía alemana tuvo que dispersar diversas protestas que buscaban frenar la aprobación de una ley que contempla normas de distanciamiento social, uso obligatorio del cubrebocas en espacios públicos y el cierre de comercios para frenar los contagios.
Un estudio reciente realizado en Brasil arrojó algo de luz. Investigadores de la Universidad Estatal de Londrina encontraron que las personas que informaron ‘rasgos antisociales’ como bajos niveles de empatía y altos niveles de insensibilidad tenían menos probabilidades de cumplir con las medidas de prevención de Covid-19 como el uso de una máscara o el distanciamiento social.
Para la realización del estudio, el profesor Fabiano Koich Miguel y sus colegas encuestaron a mil 600 personas en Brasil durante 15 semanas durante la pandemia (del 21 de marzo al 29 de junio de 2020).
En este caso el concepto antisocial identifica comportamientos presentes en personas diagnosticadas con trastorno de personal antisocial, también conocido como sociopatía.
En este trastorno mental la persona no demuestra discernimiento entre bien y mal e ignora los derechos y sentimientos ajenos. Las personas con trastorno de personalidad antisocial tienden a hostigar, manipular o tratar a los demás con crueldad e indiferencia y no muestran remordimientos ni culpa.
Personas con ese trastorno son más susceptibles a violar la ley y explotar a los demás. Este trastorno —más común entre los varones— está presente en el 1 por ciento de la población de Estados Unidos.
“Estos rasgos explican, al menos parcialmente, la razón por la que la gente sigue sin adherirse a las medidas de contención incluso con el creciente número de casos y muertes”, escribieron los autores brasileños del estudio.
Las personas completaron un cuestionario destinado a medir diferentes rasgos de personalidad, como la empatía, la insensibilidad, la asunción de riesgos, la irresponsabilidad, la impulsividad, la hostilidad y la manipulación.
Los participantes también respondieron preguntas sobre qué tan bien estaban cumpliendo con las medidas de contención de Covid-19, como la higiene de manos y el distanciamiento social.
Esta parte de la encuesta incluyó una pregunta específica sobre las mascarillas: “¿Crees que es necesario usar una mascarilla (que proteja la nariz y la boca) en Brasil?”
Al finalizar las pruebas, los científicos pudieron dividir a los voluntarios en dos grandes grupos: el de la empatía, formado por 1200 personas que mostraron interés en comprender sentimientos y motivaciones de los demás y con tendencia a desarrollar interacciones sociales positivas.
El segundo grupo, conformado por 400 personas, mostraron signos de trastorno de personalidad antisocial. Esos individuos mostraron tendencias a buscar el beneficio personal a través de la interacción con los demás.
Las personas que demostraron sentirse “socialmente desapegadas” son quienes se negaron al uso de cubrebocas y al seguimiento de reglas de distanciamiento social al considerarlas “innecesarias”.
Los hallazgos de los investigadores indican que los rasgos antisociales, especialmente los niveles más bajos de empatía y los niveles más altos de insensibilidad, engaño y asunción de riesgos, están directamente asociados con un menor cumplimiento de las medidas de contención.
Tales rasgos explican, al menos parcialmente, la razón por la que las personas continúan sin adherirse a las medidas de contención incluso con un número creciente de casos y muertes.