Ni cubrebocas ni careta… ¡Ahora llega la escafandra mexicana!
La escafandra es reusable y puede durar meses. Uno de sus mayores beneficios es que se evita el empañamiento y además se mantiene fresco el interior.
Al inicio de la pandemia, las máscaras de snorkel fueron adaptadas con filtros como métodos de protección en áreas Covid 19. Sin embargo, el uso de las mismas presentaba algunas molestias en el uso prolongado, de esto se derivó la idea de la escafandra.
A partir de la retroalimentación obtenida con los usuarios de esas máscaras, el diseñador Alejandro Cortina detectó la necesidad de diseñar un dispositivo médico para mejorar las condiciones de trabajo no solamente en áreas Covid, sino para el uso diario en actividades como:
Así fue como surgió un proyecto de producción de una escafandra con respirador integrado para trabajadores de la salud, aunque no exclusivamente. Este equipo de protección único en su tipo y que ya cuenta con registro sanitario fue apoyado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI).
“El diseño final pesa 240 g, recubre totalmente la cabeza, el rostro, manteniendo un lugar libre de virus dentro de ella; tiene un conducto que une la nariz y boca hacia el exterior a través de una mica cristalina de muy amplia visión”, explicó Alejandro Cortina, de Master Care Products, quien detalló que la producción hoy alcanza 25, 000 unidades.
Por su parte, Antonio Altamirano de ATFIL, firma especializada en alta filtración, dijo que el desarrollo del filtro de alta eficiencia para la escafandra tiene las mismas características de la mascarilla N95 que ellos mismos fabrican en conjunto con la UNAM y de las que llevan ya producidas 1.7 millones de unidades.
Los filtros son de 0.3 micras, la máxima calidad que hay hoy en día para contener virus y micropartículas.
Uno de los beneficios de la escafandra es que el intercambio de aire se realiza directamente al exterior de la misma, a través del respirador, para la expulsión de CO2, el calor y el vapor. Con ello, se evita el empañamiento y se mantiene el interior fresco lo que permite al usuario sentirse cómodo y seguro.
La escafandra es reusable y con los debidos cuidados puede durar meses, mientras que el filtro intercambiable tiene un uso recomendado de 36 horas (12 horas por tres días). La presentación contiene una escafandra con cuatro repuestos de filtros y también se pueden adquirir por separado en línea.
“Es un producto mexicano con impacto global que estamos seguros que en cuanto se conozcan sus beneficios podremos llevarlo al mercado internacional”, resaltó Cortina Cordero.
Los creadores de la escafandra tuvieron una importante vinculación con la Red de Tecnologías de la Salud de la Red ECOs, que coordina la SECTEI.
Este proceso permitió hacer más eficiente y acelerar la validación del equipo de protección personal y contar con la colaboración de Alta Tecnología en Filtración de Aire (ATFIL), empresa que trabaja en alianza con la UNAM a través del Centro de Ingeniería Avanzada, la Facultad de Ingeniería, el Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica, para el desarrollo de filtros de alta eficiencia, y con los institutos nacionales de Enfermedades Respiratorias, de Cancerología, y de Ciencias Médicas y Nutrición, para las pruebas de validación técnica y clínica, así como con la COFEPRIS para su registro sanitario.
La Red de Tecnologías para la Salud, que coordina la SECTEI en el marco de la Red ECOs, es un grupo de trabajo en el que confluyen diversas instituciones de educación superior e investigación, así como centros de investigación, empresas y autoridades sanitarias.
El objetivo de esta red es el ofrecimiento de asesoría, respaldo, validación, soporte en diseño, procesos de manufactura, regulaciones y vigilancia tecnológica para desarrollos de salud en beneficio de la población mexicana.
Si quieres conocer más a detalles el desarrollo de la escafandra ingresa al sitio.